El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está siendo interrogado hoy por la Policía por séptima vez este año sobre los casos de corrupción en los que es sospechoso.
Los agentes de la división anticorrupción llegaron a la residencia oficial del mandatario en Jerusalén a primera hora de la mañana para avanzar en las investigaciones del llamado Caso 1000, en el que Netanyahu es sospechoso de aceptar lujosos regalos de empresarios como champán, puros y joyas a cambio de posibles favores.
Según el diario Maariv, la Policía se valdrá de la información que obtuvo del testimonio del multimillonario australiano James Packer para orientar el interrogatorio y tratar de cerrar la investigación del caso, sobre el que todavía tiene que decidir si acusa a Netanyahu de obtener beneficios o sobornos.
Se sospecha que el jefe de Gobierno israelí recibió regalos por valor de miles de euros a cambio de promover los intereses de sus benefactores, como por ejemplo ayudar al millonario productor de Hollywood Arnon Miljan a conseguir una visa norteamericana después de que le fuera denegada.
Netanyahu también está involucrado en un segundo caso, el llamado 2000, como sospechoso de haber ofrecido un presunto trato de favor a Arnon Mozes, editor de uno de los diarios de mayor difusión de Israel, a cambio de que le hiciera una cobertura más positiva.
Los detectives necesitarían al menos una sesión más con el mandatario antes de concluir la investigación de este caso, apunta hoy el diario Maariv.
Desde el inicio de las investigaciones, en enero de este año, Netanyahu ha reiterado que la Policía no encontrará nada "porque no hay nada" y ha considerado las investigaciones una persecución política y mediática contra él.