Al Recreativo de Huelva le quedan horas, o como mucho días, en Segunda división. Su descenso es un hecho y el club debe plantearse su viabilidad económica e institucional para no concurrir en su disolución o desaparición.
Separando los problemas de la directiva y los deportivos, el Decano lleva meses en los puestos de descenso y este miércoles puede certificar su pase a Segunda B. La clave estuvo en el mercado invernal cuando no se pagaron las nóminas adeudadas a los jugadores y levantaron la suspensión de derechos federativos para reforzar diferentes posiciones necesitadas. La codicia rompió el saco y es lo que le ha pasado a los dirigentes recreativistas, quienes apostaron por una plantilla mal confeccionada, corta de efectivos y sin variedad de variaciones tácticas.
El equipo albiazul comenzó la temporada consiguiendo buenos resultados con José Luis Oltra en el banquillo gracias a la solidez defensiva y a las jugadas a balón parado. Poco a poco, se fueron diluyendo las escasas fortalezas recreativistas y tras acumular seis derrotas consecutivas, Oltra fue despedido.
A mediados de febrero llegó al banquillo Juan Manuel Pavón, técnico de la casa y onubense. En su presentación, el presidente del Decano, Pablo Comas, aseguró que tenía “plenas esperanzas” en él y que “acabará la temporada”. Ni una cosa ni la otra. Pavón permaneció siete jornadas con un balance de un triunfo, dos derrotas y cuatro empates. Siete puntos y con la sensación de que el equipo competía, daba la talla ante los ‘gallitos’ de la categoría y con sus hombres muy vivos en la misma, a pesar de ocupar la vigésima posición y a tres puntos de la permanencia.
Sin explicación oficial y con la sombra de una empresa internacional de prestigio, el club onubense prescindió de Pavón y colocó a José Domínguez. El entrenador portugués era un total desconocido en la Liga española y tan sólo había entrenado a los escalafones inferiores del Sporting de Portugal y al Cartagena de Indias de Colombia, donde precisamente fue despedido por no cumplir los objetivos.
Domínguez lleva en Huelva siete partidos, con un balance de un triunfo y seis derrotas consecutivas, igualando la peor racha de Oltra. Cuatro goles a favor y 16 en contra. El Recre de Domínguez ha ganado en tristeza y ha empeorado tácticamente, defensivamente, en intensidad en el juego, en confianza de los futbolistas, en resultados y en honor. El equipo parece arrastrarse en las últimas jornadas siendo incapaz de competir contra cualquier rival. 3-1 en Albacete, 0-3 contra el Girona, 2-1 ante el Mirandés y los recitales de Valladolid en Huelva por 0-3 y el de Las Palmas 3-0. El Recre lleva once jornadas encajando goles.
El preparador luso ahora puede entrar en la historia de los 125 años de existencia del Decano por descenderlo a Segunda división B este miércoles ante el Leganés.
Oltra, Pavón y Domínguez tendrán su parte de responsabilidad en el fracaso recreativista, pero ninguno de los tres entrenadores fueron capaces de sacarle rendimiento a una plantilla falta de calidad y de efectivos, con una grave problemática que arrastraban de continuos impagos de sus nóminas.
El director deportivo, Fernando Iturbe, aún no ha comparecido públicamente para dar explicaciones sobre su gestión y si voluntariamente pide su dimisión ante tal estropicio. Sólo hace varias semanas se excusó diciendo que “nuestro error fue no destituir antes a Oltra”, obviando la dificultad de sacarle rendimiento a un equipo escaso de argumentos y con un delantero, Braulio, que aún no ha sido capaz de meter un solo tanto.