A través de entrevistas y coloquios Aznar ha vuelto a pisar la arena política, de la que nunca se fue del todo, pero en la que reaparece cuando le interesa influir. Los expresidentes españoles se llevan mal -casi todos- con sus sucesores. No son conscientes de que tienen sucesores porque ellos perdieron el favor del público o de la política, según los casos. Felipe sufrió una “dulce derrota” tras casi catorce años de gobierno, pero, al final, se impuso la derrota y él fue dejando sucesores que no fueron los que ganaron. Ni Almunia ni Rubalcaba. Fue Zapatero, que no gozó -ni goza- de su favor. Como más tarde Pedro Sánchez.
Fraga tampoco pudo situar a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Resultó elegido Antonio Hernández Mancha. Después llegó Aznar y, tras varios fiascos electorales, con las proclamas de “Váyase Sr. González” y “Paro, terrorismo y corrupción” llegó al poder. Nombró sucesor a Rajoy pero ganó Zapatero tras el 11-M de Atocha y la guerra de Irak. Tras la crisis de 2008 ganó Mariano Rajoy. No quiso a Casado -porque era aznarista- pero las componendas del congreso popular le dieron la mayoría de los delegados, tras perder en el voto de los afiliados, que se decantaron por Soraya Sáez de Santamaría.
El triunfo de Casado -un líder joven, buen orador y de barba cambiante- se produjo porque el gallego Feijoo vaciló y, para ganar, casi siempre, hay que tocar barro. Él quiso llegar por aclamación e impoluto y le cogieron la vez. La trayectoria de Pablo Casado ha sido muy irregular e inconstante. Es verdad que su situación no es la del bipartidismo, ni siquiera imperfecto. Tiene un partido a la derecha y otro hacia el centro. Entre Vox y Ciudadanos está demostrando tener más fuerza Vox. Ciudadanos es un partido menguante desde que decidió no ser de centro, por mucho que España necesitase un partido basculante. No lo fue y ello ha traído su presente ruina.
Aznar da consejos, sin memoria propia, pero hace bien Casado en responderle que los tiempos han cambiado: ”Ahora la reunificación del centro derecha es mucho más complicada”. El mapa electoral ha cambiado, pero algunas cosas no: el acto se celebró en una universidad de los Legionarios de Cristo, congregación confesa ante la Santa Sede de crímenes repugnantes de pederastia. ¿Ética y estética?