Camino, durante un desayuno informativo organizado por la Fundación San Pablo-CEU, precisó que esto no quiere decir que estén excomulgados, ya que “la excomunión está prevista en el Código de Derecho Canónico para quienes son cooperadores directos de un aborto realizado”.
Camino centró su intervención en tres aspectos con los que puede, dijo, desarrollarse un tema tan complejo como el del aborto: “Todos tenemos derecho a la vida; si existe o no conflicto entre el derecho de unos frente al de otros, y si el Estado debe proteger siempre este derecho”.
Para el prelado, nadie puede privar de la vida a un ser humano inocente: “Es un principio que no admite excepciones y que está basado en la dignidad inviolable de todo ser humano, lo que significa –explicó– que el ser humano es un ser en sí mismo, no un medio para un fin, es siempre sujeto y no objeto, y lo es porque no está cerrado sobre si sino abierto siempre a un fin”.
Camino se preguntó “¿quiénes son todos, quién es el ser humano?, para responder que donde hay un cuerpo humano vivo hay un ser humano y una dignidad inviolable, y eso ocurre “desde el mismo momento de la fecundación porque el cuerpo se desarrolla desde una continuidad que no permite hablar de pre-humano o de post-humano”.
Agregó que no son pocas las circunstancias adversas y de todo tipo que pueden llevar a la decisión de abortar, incluso el “desánimo de no querer traer a un mundo hostil un nuevo ser humano”.
REACCIONES
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, subrayó que la Iglesia católica es “mucho más” de lo que representa Martínez Camino tras enterarse de sus declaraciones.
Sin embargo, sobre sus palabras, que incluye a los diputados y senadores que tengan que votar el proyecto de reforma de la ley del aborto, no quiso pronunciarse la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que se limitó a responder a los periodistas con un “no contesto a Camino”.
En opinión de Emilio Olabarria, uno de los siete diputados del PNV, partido que se ha mostrado favorable a reformar la ley, las indicaciones de Martínez Camino constituye “una intromisión impropia de las funciones de la Conferencia Episcopal”, manifestó en los pasillos del Congreso.
Desde CiU, que ha dado en esta cuestión libertad de voto a sus diez diputados, Pere Macìas, uno de los parlamentarios que votará en contra, dijo que a él le incomoda “profundamente” que la Iglesia pretenda ejercer este tipo de presión, que “ni es oportuna ni la mejor para los tiempos que corren”.