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El verano turístico que nos espera: exceso de oferta y demanda débil

El sector afronta con preocupación el presente, aunque ve opciones de salvar la temporada veraniega con el turista nacional

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  • El hall del aeropuerto de Jerez, completamente vacío -

El turismo se ha convertido a lo largo de las dos últimas décadas en la gran industria de la provincia de Cádiz y es, en estos momentos, uno de los sectores más castigados por la alerta sanitaria. La actividad en estos momentos es nula, tanto a nivel hotelero como de ocio y restauración; al menos hasta que se ponga fin al estado de alarma. Las nefastas consecuencias económicas y para el empleo son más que palpables, y ya han reclamado al Gobierno una consideración especial hacia su situación. Pese a todo, dentro del sector aún hay quien opta por afrontar con reservado optimismo la llegada de la temporada de verano, la única que puede salvar o ayudar a sobrellevar el presente ejercicio, y, siempre, apoyada en el turista nacional. La provincia cuenta con varias ventajas al respecto: es el turista español el que predomina cada verano, y sus múltiples atractivos hacen de la misma un destino más que competitivo. La incógnita que hay que despejar en la ecuación es la que debe determinar si todo eso es suficiente, ya que el sector se enfrenta a una peligrosa encrucijada: habrá exceso de oferta y debilidad en la demanda.

“El turismo ha muerto”, sentencia Antonio Arcas, “pero hay que ponerse en la posición de viva el turismo”

Antonio Arcas, profesor de la UCA y experto en turismo, establece como punto de partida una sentencia más que concluyente: “El turismo ha muerto, y hay que ponerse en la posición de viva el turismo”. Fue una de las conclusiones extraídas en el transcurso del debate abierto por el Clúster Turístico #DestinoJerez, con la participación de diferentes representantes del sector, para aportar su análisis y hacer una puesta en común sobre las fortalezas de la propia provincia a la hora de asumir el reto de la recuperación tras la crisis del coronavirus.

Pese a la incertidumbre del momento, hay varias certezas que pueden ayudar a redefinir la estrategia: el turismo nacional, y de corte familiar, será el predominante, aunque puede que no sea suficiente; la seguridad sanitaria será esencial para triunfar como destino preferente; el tipo de atención al cliente será fundamental; y la unidad de acción de todo el sector tendrá que ponerse de manifiesto a la hora de unificar criterios en los mensajes promocionales y en la apuesta por la calidad.


Para Antonio Mariscal, presidente del Clúster Turístico, “los planes de acción anunciados por la Junta a principios de año ya son papel mojado. Los escenarios ya no tienen nada que ver. Hay que empezar de cero, y la clave ahora mismo pasa por salvar la temporada de verano, que es la más importante del año, y centrarnos en el turista nacional, que es el que nos va a salvar, pero teniendo en cuenta que la competencia es muy fuerte, la demanda será débil y la solvencia económica menor, sin olvidar el concepto de seguridad sanitaria”.

Stefaan de Clerk, presidente de la Asociación de Hoteleros de la Provincia, admite la mayor, pero reconoce al mismo tiempo que “el turista nacional no será suficiente. Prevalecerá el turismo familiar, por proteccionismo y por seguridad, pero hace falta captar al turista internacional”. A este respecto, puntualiza que “a nivel internacional el crecimiento será lento, pero España se mantendrá como el destino más importante de toda Europa. Cuando haya movilidad total, los centroeuropeos preferirán ir antes a España dentro de Europa que a otro lugar”, por lo que invita a transmitir un mensaje de tranquilidad al cliente.

Para Antonio Arcas, lo que está ocurriendo “modificará el comportamiento de los viajes. Nos dejará muchas cicatrices. El mundo no será igual”, pero anima al sector a permanecer unidos frente a los desafíos a corto y medio plazo, porque “es un problema de todos”. En su opinión, hay que partir de las fortalezas propias de cara al mercado “y actuar positivando lo positivable”, aunque remarca que el auténtico factor clave es el cliente: “Hay que facilitarle todo, ver su comportamiento, no caer en el pan para hoy y mala reputación para mañana. El propósito es tener clientes satisfechos. Podremos crear nuevos retos, nuevos relatos, pero el estado emocional del turista ya no será el mismo y hay que tenerlo en cuenta”.

El análisis que hace Antonio Mariscal se refiere a una triple crisis como punto de partida: sanitaria; de movilidad, ya que “será lenta hasta que se recompongan las aerolíneas y veamos la capacidad de movilidad y sobre qué mercados actuar”; y de confianza en el sector. “Habrá exceso de oferta y demanda débil, y la solución no es solo la promoción, los destinos hay que reconfigurarlos y adaptar la oferta a la demanda, y a una nueva forma de consumir.  Hay que estar atentos a los cambios en los hábitos de consumo de los viajeros, para los que primará la cercanía, la seguridad y el precio del destino”.

Para De Clerk, hay que resaltar que “somos un destino seguro, con medidas sanitarias, que ofrece tranquilidad y mucho espacio libre, pero va a ser un verano muy complicado”. En este sentido, anima a “buscar las oportunidades. Hay que estar atentos. Hablar con compañías aéreas, touroperadores, y ver cómo ven ellos la situación y qué esperan de nosotros”.

Mariscal también insiste en lo de “estar atentos”, porque “las crisis son puntos de inflexión en los que cambia todo”, aunque dentro de ese nuevo escenario hay algo que sigue fuera de su control: el tiempo que tardarán en reconducir su nueva situación.

El turismo nacional como salvavidas de la temporada

La falta de movilidad de los turistas internacionales van a depositar el peso del movimiento turístico del año en el turista nacional, en el que el sector ha depositado ya sus esperanzas para esta temporada. El problema es que habrá exceso de oferta y descenso de demanda.

La seguridad será esencial para elegir el destino turístico

Si el sector turístico de la provincia de Cádiz quiere acelerar la salida de la crisis tendrá que fortalecer los mensajes en torno a su condición de destino seguro, entendiendo lo de seguro en clave sanitaria, ya que los turistas van a tener muy en cuenta las actuales circunstancias a la hora de elegir dónde pasar sus vacaciones.

El cliente como referencia: habrá que facilitárselo todo

El cliente estará, más que nunca, en el eje de las actuaciones turísticas a partir de ahora, y habrá que facilitárselo todo, tenerlo satisfecho, y tener en cuenta que lo que primará a la hora de seleccionar su destino será la cercanía, la seguridad y el precio.

El temor a una prolongada ausencia del turista internacional

El turismo nacional no será suficiente. Eso lo tiene claro el sector. El problema es que los primeros balances apuntan a que la totalidad de países no habrán levantado sus correspondientes cuarentenas hasta el primer trimestre de 2021, y ese margen de tiempo puede tener drásticas consecuencias sobre la actividad turística en la provincia, pese al convencimiento de que España será destino preferente, especialmente entre el turista centroeuropeo.

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