Las librerías y colegios de Cádiz y del resto de Andalucía aún no han recibido pago alguno por el Plan de los Libros de Texto de la Junta de Andalucía. Según la normativa, los libreros y centros educativos tendrían que haber recibido el 80% del dinero a finales del mes de octubre, y el 20% restante en noviembre. No sólo no han visto un sólo euro todavía, sino que además han tenido que escuchar como el consejero de Educación, Luciano Alonso, decía en respuesta a una pregunta parlamentaria, que tanto unos como otros habían recibido ya el 80% del coste de los libros adquiridos para este año.
“De momento no hemos cobrado nada en toda Andalucía, por lo que podemos decir que los libreros estamos financiando este Plan”, aseguraba el presidente de la Federación Andaluza que engloba al sector, José Luis Jaime, quien además, es Gerente del grupo Quorum. “Una cosa es que la Junta de Andalucía haya librado el 80% de la cantidad presupuestada, y otra bien distinta es que tenga liquidez para abonarla”, expresó el empresario, que insistía en que dentro del 20% que no se sabe cuando se va a abonar (en principio debería ser a finales de este mes) está el margen de beneficios del sector.
En su intervención de la pasada semana en el Parlamento andaluz, el consejero recordó que la Junta mantiene el programa de gratuidad de libros de texto “con gran esfuerzo presupuestario”, después de que el Ministerio “retirara su aportación” y reprochó al Grupo Popular “su doble vara de medir” a la hora de exigir a la administración regional medidas que rechazan en otros territorios, como ocurre con el programa de gratuidad. También recordó que Andalucía es, junto con Navarra, la única comunidad autónoma que mantiene libros de texto gratis en el sistema educativo.
Los libros son heredados de un alumno a otro y reutilizados durante cuatro cursos. Sólo se reponen los que cuentan con importantes desperfectos, debido al uso. Ése es el dinero que la Junta dice que ya ha pagado a los libreros, pero que no ha hecho, según el presidente de la Federación andaluza.
“De una manera u otra todas las librerías nos vemos obligadas a seguir dentro del Plan, ya que la Junta es el único cliente para los libros de texto, y supone una parte importante de nuestros ingresos a los que no podemos renunciar por superviviencia. Esta necesidad está ocasionando que algunas empresas del sector estén al borde de la quiebra, porque nosotros pagamos religiosamente a los proveedores, por lo tanto se nos deja en una situación de asfixia que esperemos que acabe pronto”, indicó.