Las obras de acondicionamiento de las calles Camino de las Nieves y Cabezo están a punto de concluir. Por lo pronto, desde hace unos días se puede comprobar cómo los operarios de la empresa que ejecutan los trabajos han procedido a colmatar las cuevas de la zona con piedra natural, para así evitar que se haga un uso indebido de estos espacios cuyo valor etnográfico se viene cuestionando de un tiempo a esta parte. Así al menos lo sostiene el equipo de Gobierno, que, en este sentido, asegura que estas cuevas han sido utilizadas por drogadictos para “pincharse”.
Según el delegado de Urbanismo, Manuel Erdozain, la obra cuenta con todos los parabienes legales al quedar demostrado que las cuevas no están clasificadas como un elemento de valor dentro tanto de la Carta Arqueológica del municipio como del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente.
Con ello quiso explicar que las obras son legales y que en este sentido no afectarían al patrimonio de la ciudad, según insiste Erdozain. No obstante, el delegado manifiesta que “ojalá esas cuevas tuvieran algún valor”, porque de ser así, asegura, serían aprovechadas con otros fines. Así, explicó que la colmatación de estas cuevas también se corresponde con una petición de los propios vecinos de la zona. Sin embargo, la idea de Urbanismo es dejar abiertas algunas cuevas como símbolo o testigo histórico, tal vez, del modo de vida de otros tiempos.
La obra en sí se ejecuta para dar un nuevo sentido a la circulación de vehículos y un carácter estético a toda la zona aledaña al parque Juan Candil.