No es fácil para ninguna Hermandad tomar la dura decisón, tras meses de trabajo, de quedarse en capilla. Causa sufrimiento desde a la Junta de Gobierno, la responsable de tener que tragar tan amarga píldora, hasta a los hermanos que esperaban poder acompañar a sus titulares en esta Semana Santa. Además, como fue el caso de ayer para la Hermandad de la Salud, a veces han de enfrentarse a la incomprensión de algunos, que al no ver la lluvia llegar critican la decisión final. Pero la prudencia ha de imponerse, y un patrimonio artístico y cultural como el de esta Hermandad, como el de cualquiera de las Hermandades de Rota, no es para jugárselo.
La Junta de Gobierno de la Salud que preside Manuel Gallero estuvo reunida desde las ocho menos cuarto de la tarde, con los partes en la mano, debatiendo duramente sobre la decisión a tomar. La Base Naval anunciaba desde su servicio meteorológico la llegada inminente de chubascos a la Villa, y la AEMET anunciaba un 70% de probabilidades de lluvias. Sin embargo, el cielo llevaba toda la tarde más o menos despejado, aunque con algunas nubes. Y las dudas fueron un tormento durante toda la reunión.
A la hora de salida, a las ocho y media, cayeron algunas gotas, pero nada más. Las estrellas incluso podían vislumbrarse a través de las nubes, cosa que no había sucedido el día anterior. Ni siquiera el viento molesto que hizo acto de presencia el Martes Santo se dejó notar. Pero desde la Base Naval llegaban los partes definitivos: una borrasca se encamina hacia Rota. Es un riesgo salir.
Con la plaza de Andalucía ya abarrotada de gente, saltaba la noticia: la Salud no sale. Todos los hermanos, penitentes, jóvenes y costaleros, acudían hacia la capilla con rostro serio, mientras negaban con la cabeza: que no, que no salimos. Incredulidad, tristeza y miradas al cielo, mientras se cerraba la puerta de la capilla y la gente comenzaba a disolverse.
La Hermandad rezó un viacrucis en la intimidad de su capilla, durante algo más de media hora. Posteriormente abrieron las puertas para permitir a los fieles visitar a los titulares. Se vieron caras arrasadas por las lágrimas, y sollozos contenidos. Pero no quedaba otra que aceptar la decisión final. Cientos de personas estuvieron hasta aproximadamente las once de la noche visitando a Jesús de la Salud en sus Tres Caídas y María Santísima de la Caridad, mientras la noche seguía sin dar muestras de esa lluvia maldita que frustró su salida. Desde su página web oficial, la Hermandad explicaba oficialmente mediante un escueto comunicado su decisión, pidiendo a los roteños que esperen al año que viene, a ver si entonces hay más suerte y se deja atrás este sucedido.
La lluvia hizo aparición pasadas las doce de la noche, con contundencia, una lluvia que no hubiera permitido a la Hermandad finalizar con normalidad su estación de penitencia. Hasta el año que viene habrá de esperar la Salud para recorrer las calles de su pueblo regándolas de solemnidad como suelen hacerlo.