A micrófono abierto, los populares no opinan sobre que Aguirre se alegre de “poderle dar un puesto a Izquierda Unida (en Caja Madrid) quitándoselo al hijo puta” o sobre que le pregunte a su vicepresidente “qué arma tenemos contra él”.
En el PP, sólo el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, se ha preguntado este fin de semana “qué habría ocurrido si esas declaraciones las hubiera hecho él o el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón”, pero ayer no quiso abundar en ello, después de que Gallardón se haya negado a hacer ningún comentario que “pueda perjudicar” a su partido.
La propia Aguirre ha mostrado también un absoluto mutismo: “yo hago muchas declaraciones, pero hoy no”, les dijo a los periodistas.
En la sede nacional del PP, su secretaria general, María Dolores de Cospedal, eludió precisar si a la presidenta madrileña se le abrirá un expediente informativo y destacó que ésta ha pedido disculpas públicamente.
“No hay nada que objetar”, aseveró De Cospedal, eso sí, tras recordar a Aguirre que quien autoriza en última instancia las listas electorales es el presidente del partido, Mariano Rajoy, en respuesta a la opinión expresada por Aguirre en una entrevista con El Mundo sobre que no vería “normal” que Cobo fuese candidato al Ayuntamiento en 2011.
Javier Arenas también restó “trascendencia” a las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid.