La consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, ha descartado hoy que la unificación de servicios hospitalarios se lleve adelante sin el consentimiento de los profesionales y ha subrayado que se hará "al ritmo que marquen ellos".
En declaraciones a los periodistas, Montero ha asegurado que, de hecho, no existe ningún decreto ni orden que hable de fusión hospitalaria, sino que lo que existe es "un proceso de convergencia natural en la medida que las unidades hospitalarias vayan confluyendo".
A preguntas sobre la oposición sindical a esta unificación de unidades hospitalarias, Montero ha contestado lamentando que los sindicatos "cuando se les llama no se quieran sentar" para negociar sobre estas medidas de gestión.
La consejera no ha considerado razonable que hospitales que están próximos compitan por su tecnología porque "de su suma nace su fuerza", y al poner ejemplos ha mencionado los hospitales de la ciudad de Sevilla y sus unidades de Neurocirugía y de Oncología Pediátrica, las cuales tienen un solo director cada una.
Por ese motivo se ha sorprendido de que los sindicatos, que critican que en la sanidad haya demasiados directivos, no acepten medidas como esa que, a su juicio, ni suponen recortes, ni movilidad ni menos prestaciones.
En esta remodelación, ha añadido, se está trabajando desde hace tres años, con la idea de ofrecer una mejor calidad para los pacientes y para que estos tengan todas las garantías, pero ha descartado que exista una "hoja de ruta" para la denominada fusión hospitalaria.
Por otra parte, sobre el cambio de denominación del hospital malagueño Carlos Haya, que ahora se denomina Hospital Regional Universitario de Málaga, la consejera ha explicado que la decisión del cambio de nombre se adoptó hace tres años, como era "obligatorio" por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
Montero ha asegurado que el cambio de nombre en rótulos, membretes y señalizaciones se está haciendo "sin que suponga ningún coste añadido" porque todo el esfuerzo económico se dedica a la atención sanitaria, de forma que, de manera progresiva, ese cambio de nombre se va haciendo de forma natural, cuando así lo requiere la señalización o documentación.