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El jardín de Bomarzo

Perdidos en la bruma

Jerez sigue siendo un avispero y, lo último, es la trama de espionaje político denunciado por la presunta consulta ilegal de más de 4.000 documentos municipales

Publicado: 29/01/2021 ·
11:23
· Actualizado: 29/01/2021 · 11:23
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Bomarzo

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Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra podemos morir una vez; en política, muchas". W. Churchil.

Cual tambores lejanos en plena selva anunciarían que en su origen debe haber tribu danzando en torno a la hoguera, el latido de las diferentes formaciones políticas va tomando ritmo porque aunque ahora no procede elevar las tensiones por el poder a la esfera pública por aquello de que la ciudadanía está, por este orden, en salir de la crisis con salud y en que los efectos de la misma en su economía sean los menores, el calendario va soltando hojas y casi a la vuelta de la esquina están los congresos que han de dirimir los poderes internos que afronten los procesos electorales por venir. Son los ciclos políticos e igual que el ciudadano busca tener un empleo estable, una economía suficiente, que le presten de manera correcta servicios esenciales como sanidad o educación y que se respeten sus fiestas y tradiciones, los políticos se posicionan porque buscan copar poder interno, el que su rango le permita, y, desde ahí, lograr los votos necesarios para gobernar, hacerlo en mayoría o asociándose. Ciudadanos y políticos a cada extremo de un cordel, tirando.

Vino Inés Arrimadas a Andalucía a varias cosas. Por un lado a darse un baño de gobierno por cuanto su formación, muy venida a menos y bastante descolocada en el escenario ideológico y se verá con Cataluña donde las predicciones apuntan que no pase de los 11 escaños cuando viene de haber logrado 35, solo toca poder en Andalucía y la líder jerezana quiso así meterse en el disfraz de gobernanta, se reunió con el presidente Moreno Bonilla y con el alcalde sevillano Juan Espadas y, aconsejada a saber si bien por Carlos Cuadrado, dejó abiertas las puertas a un proceso de primarias al que concurrirán tanto el vicepresidente de la Junta Juan Marín como la onubense Rocío Ruiz, que pretende encabezar candidatura a primarias en representación del sector crítico donde se encuentran otros como Fran Hervías o Sergio Romero. Hervías en círculos periodísticos no se corta a la hora de asegurar que Ruiz se presentará a primarias y que, claramente, "ganará" y no deja de ser llamativo que una formación tan a la baja se meta en cuitas internas de este calado para intentar desalojar a su líder y actual vicepresidente de la Junta. Una locura.


Arrimadas descartó concurrir de manera conjunta con el PP, algo que ya todos han dado por descartado y comprobó in situ cómo Marín ha maniobrado para colocar a su formación en el punto donde basculan las bisagras: sería fundamental en la suma de PP y VOX para renovar el próximo gobierno y abría que ver cómo se gestionarían en el hecho hoy más que probable de que VOX va a estar por encima de Cs y querrá tener mayor peso de gobierno, pero también es posible que diera números con el PSOE-A siempre que ahí no tuviese que pactar con Susana Díaz, a quien le une una arraigada enemistad pese a la labor de conciliación de Jiménez Barrios. Y aunque digan que Cs sale a ganar, en realidad sale a sumar, esa es su situación real e idílica porque ahí saca rendimiento y es igual sacar diez o doce parlamentarios si son los necesarios porque luego pesarán tanto como quien tenga treinta pero con ellos no les alcance.

El PP está encantado de haberse conocido. Sin apenas oposición, navega suelto y aunque con rotundidad asegura que no habrá adelanto electoral -nadie jamás anunció lo contrario y, a la vista está, muchas veces se han adelantado-, pero es obvio que fiscaliza por un lado los datos de las encuestas y las guerras internas que tiene tanto el PSOE-A como las otras formaciones de izquierdas, al margen del hecho de que las crisis económicas reactivan el voto hacia el centro derecha. Pese a ello, las guerras internas se producen con soterrada virulencia, como es el caso de Cádiz, donde por un lado se mantiene el pulso entre la delegada del gobierno Ana Mestre y ese otro sector animado desde la sombra por Antonio Sanz y donde otros como el alcalde de El Puerto, Germán Beardo, que sube enteros porque desde que se hiciera con aquella alcaldía -datos internos le avalan futuro...- y por sus amistades con las altas alcurnias peperas es como el perejil que está en todas las salsas, o el cabeza visible por Jerez Antonio Saldaña purgan contra ella. Sin prisas, pero purgan.

Jerez sigue siendo un avispero y, lo último, es la trama de espionaje político denunciado por la presunta consulta ilegal de más de 4.000 documentos municipales por parte de miembros del PP jerezano, de lo cual Mestre ha tomado nota y empuja arriba lo que puede. El congreso local será decisivo, aunque no parece que Antonio Montero aguante para plantear una candidatura frente a Saldaña como a algunos gustaría y, antes de la fecha del envite, dimita. Y lo del presunto espionaje, denunciado por lo penal por el ayuntamiento de la localidad, se lo toma a risa mofándose en redes cuando de risa no es -y lo sabe-. Como tampoco lo fue la imagen del alcalde de San Roque, Ruiz Boix -que sigue muy de cerca todo lo que pasa en su partido porque apuesta fuerte a futuro-, en pleno telemático de Diputación dirigiéndose a Saldaña y haciendo de conductor borracho dándose golpes, en referencia a su conducción triplicando la tasa de alcohol y que tanto partido le está dando, y le dará, a todos sus oponentes políticos.

Para ruido interno, el PSOE-A, donde Susana Díaz, pese a las muchas voces que la invitan a irse, se mantiene firme en la idea de continuar y presentarse a primarias y eso que parece no la aprecian en exceso en Madrid pese que a ella le guste repetir hasta la saciedad eso de que todo lo habla con Pedro, la valoran regular en las encuestas salvo en aquellas salidas de los laboratorios de Celeste Tel y entre los votantes socialistas dos de cada tres no están con ella: voces internas argumentan que entre las agrupaciones hay tres grupos, los anti susanistas a hierro, los que entienden que su etapa pasó y hay que buscar otra alternativa renovada pero huyen de guerras y enfrentamientos y los que estarían de su lado por afinidad o, también, porque están enfrentados a los que lideran los otros dos grupos. Con estas sumas a día de hoy no le daría para ganar un congreso regional salvo que los que forman ese ejército que hoy es como el de Pancho Villa no se pongan de acuerdo o que Pedro Sánchez haga como en Cataluña, plantee salidas y ponga el dedo sobre alguien como con Iceta e Illa. En este caso habría que ver si reactivan algunas de las ofertas que le hicieron en su día a Díaz y solo a ella, no a su entorno, como un cargo de embajadora en ciudad del Vaticano -dicen- y eso a una trianera confesa rociera le podría gustar para entre credo y credo conspirar por los pasillos de los museos, irse a Europa o ser ministra, cosas a las que ella se negó porque entendía que todo suponía aceptar que le hicieran un traje de pino. Pero la política es así y las listas de personas que estuvieron en la cima o a escasos metros de ella y, por un paso mal medido, debieron perderse en la bruma es extensa, solo hay que hacer memoria. Con todo, en Andalucía y en las provincias, pese al tiempo que queda y es casi un año, los movimientos son intensos, así como los posicionamientos de líderes socialistas que van perdieron el respeto y salen a la esfera pública con el mensaje común de pedir renovación, un cambio de timón, proyecto fresco... Cambio.

Tambores lejanos y es enero, pero el latido de la política nunca cesa, se amortigua según el tiempo y el de ahora indica que ya no va quedando mucho, que ahora vienen los congresos que establecen los liderazgos y, de ellos, depende el futuro de unos y de otros. Tras ellos las elecciones, unas que vendrán con la negra sombra de esta pandemia y de su crisis y que por ello planteará un escenario nuevo, nunca vivido; eso nos pasa un poco a todos los que sentimos estar perdidos en medio de esta bruma sin saber cuándo saldrá el sol.

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