Lo primero que consiguió Jesuli Carrillo fue llenar el Real Teatro de las Cortes hasta la bandera. Lo segundo, hacer que el público se quedara con ganas de más, que disfrutara durante hora y media y que volcara en su espectáculo toda su sabiduría bailaora, coreográfica y sobre todo, lo que anunció, que fuera capaz de retratar su propia tierra sobre el escenario.
Cumplió con lo que había dicho. Iba hacer un espectáculo que oliera a sal e incluso los spots los hizo en una salina tan isleña como la de San Vicente. Iba a hcer un espectáculo coral porque para eso se tiene amigos. Iba a hacer un espectáculo alegre, como es la gente del sir. Y todo lo cumplió.
Con el cante de María José Coca y Jesús Castilla; el toque de Juan Manuel Fernández y Daniel Ramírez; la percusión de José Prieto y el violín de Emilio Martín, sobre el escenario estuvieron las bailaoras Paula Moreno, Irene Vega, Coral Castilla y Miiam Aresm además del cuadro final en el se retaron el propio Jesús Carrillo con dos profesoras y bailaoras de primera fila, Marina Sainz y Virginia Vélez.
El final, ya se conoce cuando se empieza como empezó Entre salinas y esteros. El no va más.
FOTOS: MANUEL SÁNCHEZ
