"La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo". Montesquieu.
Muchas situaciones políticas se alinean cual astros este fin de semana cuando el ciudadano de a pie votante decida si desbloquea aquello que bloqueó el diciembre o, por contra, se mantiene en la idea de poner contra las cuerdas al sistema, todo ello al tiempo que mide las consecuencias de esas otras elecciones celebradas en el Reino Unido y que, para todos, tendrán consecuencias. Viviremos, en todo caso, un domingo electoral de fracasos, de quienes por interés personal o partidista no han sabido, o querido, entender el papel en el que situó la urna a cada cual y que, fruto de ello y cual trileros de feria, se han pasado meses escondiendo la bolita sin parar de hablar como método de entretener al incauto. De esta campaña que acaba lo destacable es la falta de contenido, apenas se ha dicho una frase de interés porque todo estaba relatado con antelación, mucha basura dialéctica política, mucha frase hecha y, por ello, es un alivio que termine aunque solo sea para hablar de otras cosas, para cerrar etapas, contar o reclamar bajas, centrarse en el fútbol, el tinto perfecto de verano, el bikini medido que posa suave sobre curva morena y pasea por orilla de mar. En fin, en la vida.
Uno. El PSOE andaluz se ha puesto las pilas, tarde porque iba de sobrado pero, quizás, a tiempo, ante el temor de que el PP de Moreno Bonilla le ganase las elecciones y eso a la Susana Díaz que pretende hacerse con la secretaría general en Madrid en el próximo congreso le viene mal. Tan a pecho que en Tarifa se subió a un banco para dar un mitin en plena calle ante la aglomeración de fieles e incluso alguna la agasajó con lágrimas en el rostro, muy fuerte, y es que la trianera cuando tira de cercanía y código social lo rompe.
Dos. El PSOE, aunque Andorra le sitúe más cerca en este final de campaña, da por casi seguro elsorpasso de Unidos Podemos porque si temen perder en Andalucía, donde su granero, ¿qué pensar de lo que sucederá arriba? El lío será como gestionar después lo de Pedro Sánchez, al que, aseguran, van a tener que despegarlo del sitio "con agua hirviendo"; la decisión política dura será decidir entre dejar gobernar en minoría al PP o lanzarse a los brazos de Pablo Iglesias, que es muerte segura, ante lo cual sería incluso un alivio que PP y Ciudadanos sumaran para no verse en ese atolladero. Como el que le pondría a Sánchez el propio Iglesias si a pesar de ganarle le ofreciera la presidencia, ¿qué hacer entonces? ¿Aceptaría eso el PSOE?
Tres. Los votos en Andalucía están contados por provincias y los datos sitúan a PSOE y PP muy cerca uno de otro, en torno a los veinte diputados por cabeza. Se la juegan, sobre todo, en Jaén, donde el PSOE perderá uno a favor de UP, Granada, donde puede perder uno el PP, y Almería, donde podría aventajar en dos al PSOE. Ciudadanos puede perder Huelva y, tal vez, Cádiz, aunque no es probable, mientras que nada parece que cambie en Sevilla. Así las cosas, el mapa andaluz podría quedar en casi un empate técnico a veinte de PSOE y PP, catorce, uno arriba o abajo, para UP y, el resto, a Ciudadanos. Lo importante es saber si Díaz, aunque sea por un voto, gana las elecciones para que brille como líder y, además, hasta qué punto se consolida como referencia en la izquierda andaluza la formación que lideran Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, ambos enemistados hasta el infinito y más allá con la presidenta de la Junta, que puede ser tan cercana en un banco de Tarifa como lejana en otro del Parlamento.
Cuatro. En parte de todo esto pensaba y en alguna frivolidad menos confesable un día de esta semana mientras, en acto solemne y oficial, presenciaba la graduación del curso escolar en escuela pública de chicos y chicas de doce años que el próximo año pasarán al instituto, también público, ese mismo donde una jerezana, Inés Sánchez, del IES Álvar Núñez, ha obtenido la nota más alta en Selectividad -13,9 sobre 14 puntos-. Niños. En 2015 nacieron en España 419.109, 8.486 menos que en 2014. El INE advierte que este pasado año, por primera vez desde 1941, se han producido más muertes que nacimientos, lo que viene a significar que nos hacemos viejos. Me encanta la enseñanza pública, ofrece formación e igualdad de oportunidades; resulta conmovedor ver tanta vitalidad junta, sanos y hermosos, futuro por el que merece la pena pensar qué sociedad y país hay que elegir.
Cinco. ¿Cádiz? Lo normal es que se repita el 3, 3, 2 y 1 del 20D pasado, aunque esta vez se barrunta victoria del PP. De haber alguna modificación sería la pérdida del suyo por parte de Ciudadanos, que pasaría a manos de Unidos Podemos para establecer un triple empate a tres. Improbable. Estos resultados pueden marcar los posteriores congresos, ya que tras el verano se producirán, en cascadas, el nacional, regional y, por último, los provinciales y locales, donde es de suponer aflorarán las presiones habituales una vez establecidos los órganos de poder en las escalas superiores. Lo de siempre, a matarse cuando toque.
Seis. Es cierto que pensar en unas terceras elecciones es tan alarmante como no descartable a tenor de que muy poco parece que cambiará el panorama porque los tenores son los mismos, con sus mismas teorías, manías persecutorias, ñoñez mental. Es evidente que el sistema electoral requiere de una urgente modificación y si el sistema parlamentario actual ofrece la posibilidad legítima de sumar mayorías de diferentes formaciones, si ésta no se produce por falta de acuerdos es necesario tener otras alternativas como permitir gobernar a la lista más votada o establecer una segunda vuelta a la que solo se puedan presentar formaciones que hayan obtenido un porcentaje de votos mínimo. Reformar la Constitución y adaptarla en esto y otras cosas a la vida de hoy es vital, cosa que no harán porque con lo que hay están más cómodos. Lo manejan mejor, aunque entremos en el eterno día de la marmota Phil de Punxsutawney, Estado de Pensilvania.
Siete. Rajoy no se ha querido ir para no señalarse culpable de todos los males que han afectado a su partido en estos años, que han sido los suficientes como para haber buscado una puerta lateral, exit, e irse. Se podrá estar de acuerdo o no con su política, pero es innegable que el PP ha sido un nido de víboras incontroladas. Asumir responsabilidades políticas de lo que se hace al amparo de una sigla es algo que nadie hace y todos deberían; y es muy grave, tanto como que el electorado no castigue la corrupción como la misma se merece.
Ocho. "La derecha sabe que el enemigo es la gente organizada, la izquierda organizada", dijo Alberto Garzón, de Unidos Podemos, en su cierre de mitin en Jerez. ¿Enemigo? Estoy por buscar el uniforme de la mili no sea me llamen a filas de repente y me pillen, además, sin metralleta. ¿Nacionales o republicanos? Qué lío, seguro me confundo y me infiltro en el bando equivocado.
Brexit. El término mezcla britain con exit, salida. Y ha ganado, como era de esperar porque los ingleses son los más suyos de toda Europa, tienen sistemas de medición y moneda propios, circulan por la izquierda... ¿Alguien pensaba que iban a votar Europa? Su salida de la UE hará más débiles a todos, afectará a muchos, como al Campo de Gibraltar con un peñón en estado deshock porque ve peligrar, y con razón, tanto el libre comercio de personas, mercancías, su fiscalidad, su situación de privilegio y su acceso a la sanidad pública española, nada menos. Veremos sin duda las consecuencias, que serán elevadas, pero de entrada destacar a un pésimo político, malo de verdad, como David Cameron, que impulsó inconsciente una ola elevada para lucirse él surfeando y ahora ha roto en tsunami que amenaza con arrastrarnos a todos. Pero claro, fue elegido por el soberano pueblo, que es quien elige a sus políticos para luego, democráticamente, lamentarse de lo que ellos hacen. Pues a eso podemos ir aquí; conste y remato que tiene pinta de que recordaremos para mal este 2016 de desaliño electoral y populismo de mercadillo con consecuencias imprevisibles.
Bomarzo
