Las instalaciones del NTC de San Fernando y el servicio de suscripciones tienen la llave para la viabilidad y estabilidad en el futuro de Navantia. Así aparece recogido en un extenso artículo publicado por El Confidencial y firmado por Enrique Andrés Pretel, en el que se analiza la situación actual de la empresa, tanto económica como laboral, así como los planes de futuro que pasan por una evolución tecnológica sin precedentes y que tendrán su epicentro en la localidad isleña para, posteriormente, extenderse al resto de centro de trabajos que la empresa estatal dependiente de la SEPI tiene repartidos por toda España.
Quién iba a imaginarse que el que en su día se convirtió en el acuario más caro de España -costó diez millones de euros- se postula actualmente como un edificio clave para los planes de negocio que tiene entre manos Navantia. En el 2019 lo que hasta entonces era conocido por todos como el Parque de la Historia y el Mar, que estaba condenado a convertirse en otro edificio abandonado a su suerte junto al Puente de Hierro, iba a tener una vida extra con la apertura del Navantia Training Centre o Centro de Entrenamiento de Navantia (NTC).
Actualmente y hasta aproximadamente 2025, fecha prevista para finalización del contrato, pasarán por su interior alrededor de 700 marineros saudíes, que se formarán en operación y mantenimiento de las cinco corbetas recogidas en el acuerdo firmado con el país árabe que arrancó en 2018 y que ha supuesto más de 1.800 millones de euros para Navantia.
Ahora bien, tal y como recoge el artículo de El Confidencial, las aspiraciones de Navantia para con el NTC es que vaya más allá de este proyecto puntual, quieren que se convierta en uno de los programas tractores dentro de su estrategia para dar un vuelco tecnológico a las operaciones con el objetivo de diversificar sus ingresos, algo que en la actualidad pasa casi en exclusiva por la fabricación y venta.
Vida útil del barco
Y es que la intención de cara a los próximos años, como asegura Alberto Cervantes, director de Negocio Servicios de Navantia, es que la operatividad de la empresa pase por estar más enfocada a la vida del barco, “que son negocios más recurrente y estables que la construcción, además de ser complementarios. Se trata de una división que ahora mismo está en crecimiento y es un sector muy rentable y con mucha potencial”, indica Cervantes.
En este sentido, la división de servicios y sistemas facturó apenas 24,3 millones de euros en 2021 frente a los 1.280 que se ingresaron por los programas de construcción. Además, de los 4.000 trabajadores que actualmente tiene la compañía, apenas unos 200 son específicos de esta división, de ahí que se habla de apuesta de futuro.
Los buques modernos tienen ciclos de vida mucho más largo que antaño y, además, van más allá de todo lo que está relacionado con cuestiones de ingeniería y la mecánica, puesto que cuentan con productos que tienen una tecnología extremadamente compleja. Y he aquí una de las claves de los planes de Navantia, que actualmente presta tareas de mantenimiento y puesta a punto de dichos barcos para España, Arabia Saudí, Turquía o Noruega.
La intención es, para que todo el mundo lo entienda, aplicar una política de suscripción, es decir, que los clientes no solo compren el producto, sino que paguen por mantener el buque y tener su plataforma al día. Los denominados contratos basados en prestaciones.
Y aquí entra la segunda parte del plan que está desarrollando Navantia a años vista y que se trata del edificio que debe de completar el NTC, y que no es otro que el Centro de Excelencia que la empresa está poniendo a punto en La Carraca, donde está adecuando una antigua nave de 6.500 metros cuadrados y en la que va a invertir 21 millones para fomentar la innovación de la compañía.
El Coex
El Coex (Centre of Excelence) está pensado para acoger entre sus paredes a más de 300 ingenieros y especialistas que se desenvuelvan en nuevas tecnologías aplicadas al mundo naval. Y el objetivo es que el que se está poniendo en valor en La Carraca se extienda a otras sedes de la compañía como son Ferrol, Puerto Real, Cartagena o la capital de España. Para ello, se alcanzarán acuerdos con universidades y centro de investigación, además del lanzamiento de Monodon, una nueva célula para la innovación. La intención es clara: fomentar una cultura empresarial catalizadora de nuevas ideas y tecnologías.
Así, la intención de Navantia es poder ampliar su cartera de productos en media docena más vinculados todos a las últimas tecnologías. Está previsto algunos que están a la vanguardia como es el CAIP4 para buques de nueva generación; el gemelo digital; la nube táctica; o los vehículos sin tripulación.
Dentro de este último apartado, y también en San Fernando, la compañía está desarrollando un módulo de control de submarino no tripulado que es fruto de la alianza con SAES y Perseo.
Las elecciones
Todo esto sobre el papel suena de maravilla, pero Navantia tampoco es ajena a los procesos electorales y hay uno en ciernes el próximo 23 de julio. Habitualmente, y siempre que hay variaciones en el Gobierno, la SEPI se ve salpicada con un baile de sillones y, de hecho, en el caso de Navantia desde 2016 ha habido varios presidentes, siendo actualmente y desde marzo de 2021 Ricardo Domínguez, ex viceconsejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta, que ha mantenido los planes de futuro de la empresa.
Desde la compañía tienen claro que si a partir de julio hay cambio de gobierno, los proyectos que están consolidados seguirán su curso sin ningún tipo de problema. Sin embargo, todos estos más novedosos caerán en un mar de dudas sin saber si seguirán para adelante o, por el contrario, se quedarán estancados. Por lo tanto, habrá que esperar acontecimientos.
Actualmente, la compañía naviera tienen abiertos varios frentes y con proyectos multimillonarios nacionales e internacionales, que se consideran claves para mantener la carga de trabajo y la estabilidad laboral durante los próximos años.
Además de las corbetas de San Fernando, Navantia diseñará y fabricará otros cinco buques multimisión que se destinarán para la Marina saudí. También forma parte del consorcio que construirá tres buques para la Royal Navy británica y está desarrollando un patrullero de altura para Marruecos.
Entre los programas nacionales, a los que llevan más tiempo en marcha, como son el submarino clase S-80 y las fragatas, se han añadido algunos muy importantes en los últimos años, como el buque de acción marina de intervención subacuática, los dos buques hidrográficos y un buque oceanográfico para la Armada.