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¡Qué cosas!

Veo todo en blanco y negro

Meditaciones pretendidamente profundas de influyentes en la jungla siniestra de unas redes sociales que acaban valorizando en sus algoritmos el lado oscuro

Publicado: 29/10/2024 ·
09:27
· Actualizado: 29/10/2024 · 09:27
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Autor

Juan Diego Morales Arroyo

Juan Diego Morales Arroyo es periodista y ocupa el cargo de director de contenidos de viva Málaga

¡Qué cosas!

En el blog 'Qué cosas' se hace un análisis de lo que ocurre, lo cotidiano más increíble. El porqué si eso, otro día

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El sol es el sol y la luna es la luna. No cabe discusión. Sobre lo que se puede matizar es sobre el brillo y la luz del astro rey y la apagada luminosidad del selénico satélite: y sobre lo que se puede opinar es acerca del gusto personal y las preferencias de cada una y cada uno, por la candente fuente de energía terrestre o su frío satélite; también, cabe debatir sobre cómo influye en la actitud diaría, pero, hay que insistir, el sol es el sol y la luna es la luna, de momento, y salvo que la ciencia salga a decir lo contrario esto es y será, aunque como buena estrella que es el primero, habrá que saber cuánto le va a durar el esplendor antes de extinguirse, si es que su final se produce (y con él, ya pueden imaginar todo lo que viene después).

Del mismo modo, lo que está científicamente contrastado y hecho ley, difícilmente se puede rechazar o descalificar, y en todo caso, siempre por delante con el axioma que declara que la carga de la prueba recae en quien niega y no en quien afirma.

Todo esto, porque, no sé en qué momento se llegó a la situación de suponer que lo que se opina es ley, que lo que digo es respetable aunque sea falso y/o erróneo y debe ser tenido en cuenta como algo universal, verdadero e inmutable, olvidando de forma consciente o insensata (uno no sabe cuál es la peor de las dos), que lleva la categoría de opinión, que de ahí no pasa, que ni está contrastado, demostrado científicamente ni nada, aunque, a los intransigentes esto poco les importa.

Mucho daño han hecho, hacen, y parece que harán, las tertulias radiofónicas y televisivas donde solo se deja a hablar a indocumentados e indocumentadas según el dogma que interese; las meditaciones pretendidamente profundas de influyentes en la jungla siniestra de unas redes sociales que acaban valorizando en sus algoritmos el lado oscuro; las opiniones sesgadas tomadas a pie de calle, en manifestaciones de intereses espurios, donde, si se atiende a lo que acaba saliendo en cámara o a las ondas, nada más que hay ‘bocachanclas’.

Y oye, que expresarse está bien, y desahoga, pero como cantaban los Héroes del Silencio (y de esto hace ya 34 años): “Te puedes vender/Cualquier oferta es buena si quieres poder/Qué fácil es/Abrir tanto la boca para opinar…”  Y por seguir con grandes canciones yo, cada vez más, como canta aquella mítica copla de Barricada: “Veo todo en blanco y negro”, cada vez más, valga la insistencia.

De todas maneras, no quiere uno con estas disertaciones mandar mensaje alguno, por convicción y porque, para la cuenta que se le va a echar…  

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