El alcalde, Esteban Morales, y familiares y amigos de Verónica Vizuete González, participaron en el acto de rotulación de la plaza colindante a las calles Anzur, Juan XXIII y Avenida de la Estación que, a partir de ahora, llevará el nombre de la doctora, un homenaje a título póstumo que ha resultado tremendamente emotivo, y en el que se ha plasmado el inmenso cariño que la sociedad pontanesa profesaba hacia una mujer llena de alegría y bondad, que se nos fue demasiado joven en mayo de 2020.
Durante el acto, el alcalde dio lectura al acuerdo de la Corporación Municipal por el que se aprobaba la concesión de este espacio público con el nombre de Verónica Vizuete, y dijo que el hecho de que tanta gente haya arropado a la familia de la joven en un acto como el de hoy daba la razón a quienes tomaron la iniciativa para comenzar los trámites administrativos que han desembocado en la rotulación de la plaza homenajeando así a la doctora. “Verónica dio amor en su paso por la vida, llenó de alegría todas las actividades en las que participó, y eso ha quedado en nuestros corazones, por ello, desde el Ayuntamiento nos sentimos orgullosos de haber colaborado para que siga viva para siempre en nuestro recuerdo y, especialmente, en esta plaza”.
Por su parte, Carmen, la mayor de las sobrinas de Verónica, dio las gracias a los asistentes, en nombre de su familia, por participar en un evento tan especial. “Tenemos emociones contradictorias, pero nos sentimos orgullosos por el homenaje”. “Verónica fue acogida en Puente Genil como una hija, las muestras de afectos se sucedían y ese cariño fue recíproco”, afirmó la sobrina de la doctora, quien recordó la labor desarrollada por Verónica en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, donde encontró compañeras que se convirtieron en amigas. “Ella encontró aquí su hogar y buenos compañeros que también trasformó en grandes amigos, y también agradecidos pacientes por los que sentía verdadera devoción. Hablar de Verónica es quedarse siempre corto de palabras. Una persona ejemplar que siempre dio lecciones de constancia y superación. Con ella hemos aprendido el significado de la palabra extrañar aunque la mantenemos viva con su recuerdo. Más allá de las estrellas, más eterno que un recuerdo. Siempre Verónica”, concluyó su intervención, que fue acompañada con aplausos de todos los presentes.
Verónica Vizuete era natural de Badajoz y se había afincado en Puente Genil tras contraer matrimonio con el pontanés Francisco Carrillo. Ejercía como médico de familia en el Centro de Salud “Puente Genil I”. Era una persona jovial, llena de vida, siempre dispuesta a ayudar a los demás, colaboraba con todas las iniciativas que se le planteaban, y estaba muy estrechamente vinculada a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, por lo que su fallecimiento se sintió de manera muy especial en la barriada de la Estación. La doctora nos dejó con tan sólo 41 años de edad, tras no superar el post quirúrgico de un trasplante cardíaco, consecuencia de una enfermedad coronaria a la que llevaba años haciendo frente.
