Treinta y cuatro guardias suizos juraron hoy fidelidad eterna al papa Francisco y a sus sucesores, durante una ceremonia celebrada en el Vaticano, y se suman así a las filas del ejército más pequeño del mundo.
El acto se ha celebrado en el patio de San Dámaso del Vaticano y en el pasado era habitual que asistieran miembros de la Curia Romana, del cuerpo diplomático suizo y familiares, pero este año, por segunda vez consecutiva, ha tenido que realizarse con un reducido grupo de personas por la pandemia de coronavirus y se ha podido seguir por las redes sociales.
El juramento de los reclutas se celebra todos los años el día 6 de mayo, en conmemoración del Saqueo de Roma (1527), cuando murieron 147 guardias suizos por defender al papa Clemente VI del asalto de las tropas del emperador español Carlos V.
Como es habitual, cada uno de los soldados fue llamado por su nombre y todos ellos alzaron tres dedos de la mano derecha para simbolizar la Trinidad, mientras con la mano izquierda estrechaban la bandera del cuerpo.
En voz alta, recitaron la fórmula del juramento: "Juro servir fiel, leal y honorablemente al pontífice reinante y sus legítimos sucesores, que me dedicaré a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando si es necesario, también mi vida en su defensa".
La Guardia Suiza fue creada en 1506, cuando el papa Julio II negoció con los cantones helvéticos el envío de voluntarios para conformar una guardia personal y de su residencia en Roma.
