Los rebeldes hutíes derribaron un dron de reconocimiento fabricado por Estados Unidos cerca de la frontera del Yemen con Arabia Saudí, aseguró hoy un portavoz militar del movimiento chií que controla parte del país.
"Las Fuerzas Aéreas consiguieron derribar un dron norteamericano con un arma adecuada", dijo el portavoz hutí, Yahya Sarea, en un breve comunicado, en el que no especifica cómo fue derribado el avión no tripulado por los rebeldes.
Añadió que el dron sobrevolaba la región yemení de Asir, en el norte del país y fronteriza con Arabia Saudí, "mientras llevaba a cabo tareas de espionaje hostil en las áreas de frontera con los enemigos saudíes", en referencia al país vecino.
El avión no tripulado supuestamente derribado este viernes es de tipo Eagle y desempeña tareas de reconocimiento y espionaje.
El pasado agosto los rebeldes hutíes abatieron otro dron militar estadounidense en el Yemen de tipo MQ-9, también dedicado a labores de reconocimiento y que no lleva armamento.
Estados Unidos participa en el conflicto yemení en apoyo de la coalición militar de países suníes encabezada por Arabia Saudí, que defiende la legitimidad del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi frente a los rebeldes, que le expulsaron del país en 2015.
Esa alianza militar efectuó hoy un bombardeo cerca de la frontera yemení-saudí y en el ataque murió una mujer y tres de sus familiares resultaron heridos, informaron a Efe fuentes del hospital Al Yumhuri, en la ciudad de Saada.
El ataque aéreo destruyó una casa en el distrito noroccidental de Baqim, en la provincia de Saada, uno de los bastiones de los hutíes, que controlan áreas del norte y el oeste del Yemen.
Además, la televisión Al Masira, afín a los hutíes, informó sobre otros tres bombardeos de la coalición en la frontera saudí y un cuarto en Arhab, al norte de la capital Saná, pero no mencionó si se produjeron víctimas mortales.
La coalición ha sido acusada repetidamente de golpear objetivos civiles y matar a centenares de personas, algo que su comandancia militar ha negado y ha alegado siempre que los blancos de sus ataques son militares y vinculados con los hutíes, acusando a los rebeldes de emplear a los ciudadanos como escudos humanos.