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Seúl, Tokio y Washington hacen piña ante el desafío nuclear de Pyongyang

Corea del Sur, Japón y Estados Unidos han tomado la iniciativa para liderar la reacción de la comunidad internacional un día después del nuevo ensayo nuclear anunciado por Corea del Norte, el primero supuestamente realizado por este país con una bomba de hidrógeno

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  • Corea -

Los líderes regionales criticaron hoy con dureza a Corea del Norte por su prueba nuclear, y apostaron por una respuesta contundente y coordinada a sus provocaciones y por buscar nuevas sanciones de la ONU para Pyongyang.

Corea del Sur, Japón y Estados Unidos han tomado la iniciativa para liderar la reacción de la comunidad internacional un día después del nuevo ensayo nuclear anunciado por Corea del Norte, el primero supuestamente realizado por este país con una bomba de hidrógeno.

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el presidente de EE.UU., Barack Obama, mantuvieron hoy una conversación telefónica en la que apostaron por acciones concretas y coordinadas a nivel internacional para enviar un mensaje claro al régimen de Kim Jong-un, con vistas a que cese sus ensayos atómicos y de misiles.


Obama afirmó que la prueba nuclear norcoreana es una amenaza para la región y para la comunidad internacional, y recalcó el compromiso de Estados Unidos para garantizar la seguridad de todos sus aliados, señalaron fuentes del Ejecutivo nipón a la agencia nipona Kyodo.

El presidente estadounidense también trató el tema con su homóloga surcoreana, Park Geun-hye, quien aseguró que Corea del Sur hará pagar al Norte "un precio correspondiente" al ensayo nuclear.

Park anunció que promoverá que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte una resolución "firme" ante la última actuación del país vecino y le imponga "fuertes sanciones", según recogió la agencia local Yonhap.

Ambos líderes coincidieron en que las acciones de Corea del Norte constituyen "una nueva violación de sus obligaciones y compromisos con la ley internacional" y las anteriores resoluciones en este terreno del Comité de Seguridad de la ONU.

La nueva muestra de poder de Pyongyang ha suscitado la condena de numerosos Gobiernos, e incluso de Pekín -principal aliado del régimen de Kim Jong-un- y de Moscú, que había incrementado en los últimos años la cooperación con Pyongyang tras dos décadas de estancamiento.

El Ejecutivo chino expresó su "firme oposición" al ensayo tras mostrarse más moderada en los anteriores test nucleares de Pyongyang de 2006, 2009 y 2013, y, según publicaron los medios nacionales, llamó a consultas al embajador de Corea del Norte en Pekín, Ji Jae Ryong, para pedirle explicaciones.

Washington, Tokio y Seúl han solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, organismo que anunció por su parte la adopción de "medidas significativas" contra Corea del Norte, aunque no aclaró si habrá sanciones adicionales a las que están vigentes desde hace una década.

Asimismo, continúan las dudas sobre si Corea del Norte ha logrado realmente desarrollar y detonar con éxito una bomba H (también llamada termonuclear o de hidrógeno), un arma más potente que los dispositivos empleados en sus tres ensayos anteriores.

Detectores sísmicos de todo el mundo registraron el martes un temblor de 5,1 grados que apuntaría a una prueba atómica subterránea en Corea del Norte, y que alcanzó una intensidad similar o ligeramente inferior a la realizada en 2013.

La explosión que originó el seísmo tuvo lugar a una mayor profundidad subterránea que los tres ensayos previos, en la zona montañosa donde se ubica el Centro de Ensayos Nucleares de Punggye-ri (noreste del país), según un informe del centro sismológico noruego Norsar.

Por ello, este centro de investigación independiente considera que existen "menos posibilidades" de que se produzcan fugas radiactivas y que será más difícil determinar el tipo de arma probada.

La explosión registrada tuvo una potencia de 10 kilotones de TNT, cercana al de las bombas atómicas empleadas en las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki en 1945, pero muy por debajo de las armas termonucleares, añade el informe de Norsar.

En el mismo sentido, la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) anunció hoy que no ha detectado variaciones en los niveles de radiactividad en el aire, a partir de muestras recogidas por aviones a una altura de entre 3 y 10 kilómetros sobre Japón.

El hallazgo en el aire de restos de materiales radiactivos ofrecería información sobre la naturaleza de la prueba nuclear, aunque en el último ensayo atómico norcoreano de 2013, no se encontró ningún rastro de este tipo.

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