Los electores malienses están votando en la segunda vuelta de los comicios presidenciales, en los que deberán elegir entre el ex primer ministro Ibrahim Boubacar Keita, del partido Asamblea por Malí, y Soumaila Cissé, de la Unión por la República y la Democracia.
Estas elecciones, en las que están llamados a participar unos 6,9 millones de personas, se producen casi un año y medio después del golpe de Estado de 2012. Los colegios electorales, unos 21.000, abrieron a las 8.00 horas bajo la vigilancia del Ejército maliense y las fuerzas de la ONU, apoyadas por militares franceses, con el fin de garantizar la seguridad durante el proceso.
En la primera vuelta, celebrada el pasado 28 de julio, la participación alcanzó el 48 por ciento. Keïta fue el más votado, con el 39,79 por ciento de las papeletas, y Cissé quedó en segundo lugar con el 19,7 por ciento. El ex primer ministro ha prometido que impondrá orden y recuperará el honor de Malí, que antes era considerado un baluarte de estabilidad en una región turbulenta.
De los 25 candidatos que perdieron en la primera vuelta, 22 han expresado su apoyo a Keita. Cissé, que recurrió los resultados electorales del 28 de julio al denunciar un fraude aunque luego se comprometió a aceptar los de la segunda vuelta, ha dicho durante la campaña que su objetivo es mejorar la educación, crear empleo y reformar el Ejército.
El vencedor --cuyo nombre se conocerá a mediados de la próxima semana-- tendrá que luchar contra la corrupción e intentar alcanzar una paz duradera con los rebeldes tuareg del norte del país. Esos dos factores desencadenaron el derrocamiento del presidente Amadou Toumani Touré en marzo de 2012 y permitieron que dos terceras partes de Malí fueran tomadas por milicianos islamistas.
