También se exhorta a mejorar las homilías, se expresa la preocupación por las sectas y se aboga para que la Biblia sea traducida a todas las lenguas, cada cristiano tenga una y se difunda a través de todos los medios de comunicación existentes.
Por segunda vez, Benedicto XVI ha permitido que se conozcan las propuestas con las que concluyen las asamblea sinodales y que son trasladadas al Papa para que con ellas prepare la Exhortación Apostólica, el documento con el que oficialmente se cierra un Sínodo.
Hasta ahora se mantenían en secreto para permitir al Pontífice libertad de acción, pero en los dos sínodos que se han celebrado en lo que va de Pontificado, Benedicto XVI ha preferido que se conozcan.