El Papa ha pedido "que las aguas del Mediterráneo no se ensangrienten" más con el tráfico de personas en relación al naufragio producido en Crotone, en Calabria, que ha dejado 67 víctimas.
"Que los viajes de la esperanza no se transformen más en viajes de la muerte y que las límpidas aguas del Mediterráneo no sean más ensangrentadas con estos accidentes", ha señalado Francisco, que ha retomado su agenda habitual tras el parón de los ejercicios espirituales.
Durante el ángelus de este domingo, el Papa ha agradecido a la población local y las instituciones que han socorrido a los migrantes y ha hecho un llamamiento para que no se produzcan tragedias similares y que los traficantes de seres humanos cesen en sus acciones.
Además, ha pedido al Señor que, en este sentido, "dé la fuerza para comprender y llorar".
El Papa ha rezado con los fieles presentes en la Plaza de San Pedro la oración del ángelus en este 2º Domingo de Cuaresma y ha reflexionado sobre el episodio evangelio de la Transfiguración en la que Jesús "se revela a ellos en toda su belleza como Hijo de Dios"
"¡Cuántos rostros luminosos, cuántas sonrisas, cuántas arrugas, cuántas lágrimas y cicatrices hablan de amor a nuestro alrededor!", ha recordado el Papa en el ángelus.
Para el Papa, "Cristo es la luz que guía el camino" y "la belleza de Jesús no aleja a los discípulos de la realidad de la vida, sino que les da fuerza para seguirle hasta Jerusalén, hasta la cruz".