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Granada - Málaga CF: final cruel y hundimiento (1-0)

El equipo de Pellicer cae en Granada con un gol de Sergio Ruiz en el 90’ pese a un notable partido donde se compitió para merecer el empate

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  • Uzuni y Ramalho pujan por el balón en Los Cármenes. -

Con un gol en el último minuto del tiempo reglamentario, el Granada ha despojado al malaguismo casi al completo de sus creencias en lo improbable, que es lo que técnicamente se denomina salvación. Sergio Ruiz remató ese pase de Uzuni en el 90' que aún escuece al millar de aficionados que poblaron un Estadio Nuevo Los Cármenes. No pararon de alentar. De confiar. De esperar buenas noticias. No las hubo. Sí que hubo un derbi igualado y competido, pero donde una vez más los dichosos detalles se fueron para el lado contrario. 

Así, desde el orden defensivo, se perdió por un desorden puntual. La teoría de la manta corta. Si estiras arriba te destapas abajo. La valentía de querer ganar acabó siendo sentencia de muerte ante un Granada que no se baja de su reto de ascender de manera directa, mientras que el Málaga irá contra el Racing al todo o nada el próximo domingo. A ocho puntos de los santanderinos, eso sí que va a ser una final.

Fue Callejón el primero que merodeó el gol con un remate dentro del área que no fue entre los tres palos, aunque pasó a centímetros del primer palo. Era el minuto diez de un partido que arrancó con un Málaga ordenado y valiente y con un Granada que en cuanto roba, entra como cuchillo en mantequilla. Es un equipazo, muy dañino al contragolpe, que se siente invencible cuando juega ante su público. Lo sigue siendo, de hecho.

En el 14’ se vio un milagro bajo palos. El santo fue Rubén Yáñez, que con una parada felina, a bocajarro y casi sin tiempo de reacción, le sacó un gol cantado al pichichi Uzuni. El nivel de Yáñez está siendo fundamental para dar vida al equipo.

La primera parte empezó dinámica y viró a lo estático. El Málaga se ordenó y el Granada agarró la posesión sin amenazas demasiado preocupantes. Muy solidario el equipo de Pellicer, al que le vino muy bien juntar el doble pivote Escassi-Genaro y que volviera Esteban Burgos a acompañar a Ramalho. La igualdad fue tajante en los primeros 45 minutos, pero en la segunda parte saldría al verde otro Málaga muy distinto.

Dio un paso al frente, asumió que en su situación la estricta prioridad es sumar de tres, puso la bola en botas de los Febas, Villalba y compañía y se puso a currar. Así llegaría pronto la más clara para los blanquiazules: una potente carrera al forcejeo de Lago Junior que finalizó con un disparo seco y fuerte que obligó a la mano dura de Raúl Fernández. Pecó de individualista el costamarfileño, que tenía en el retrovisor a Febas y a Rubén Castro esperándola al segundo palo.

Así lucía la afición del Málaga conquistando Granada.

El Granada, que con Uzuni y Weissman como referencias ofensivas tenían puntas de lanza afilada, necesitaba de ellos y Paco López recurrió a un malagueño para surtirles de balones. Bryan Zaragoza era la última pieza del puzle, la que le faltaba al cuadro nazarí para hacer de esa banda derecha una vía para agujerear al Málaga con centros quirúrgicos. Tenía trabajo Cristian, que demostró por qué ya no juega Javi Jiménez en el lateral izquierdo, aunque en el 68’ este tuvo que sustituirle por lesión.

Fran Sol entró por Rubén Castro, que no olió apenas oportunidades. Luis Muñoz lo haría más tarde. El faro del ataque acabó siendo Lago Junior, incombustible, que cambió de la izquierda a la derecha para emerger de la nada al todo. Se estaba consiguiendo que el Granada no despertara a sus bestias, le costaba crear e incluso entró en un bucle de errores que no le dejaban sacar el balón jugado.

Pero a equipos con tales plantillas, o les matas o te mata. A doce del final, el Granada tuvo la más clara. Weissman la estrelló en el palo aprovechando el error de Yáñez, al que se le escurrió la pelota cuando parecía tenerla blocada. Un error que remendó más tarde con otro paradón cuando el estadio ya cantaba el gol de cabeza de Uzuni.

El Málaga se volcó, preso de su necesidad, sin miedo y con personalidad. Y eso conlleva sus riesgos. Se pagó con dureza. Una pérdida de Genaro en medio campo pilló a contrapié al equipo, Uzuni fue el asistente con un pase al punto de penalti que empujó llegando desde atrás Sergio Ruiz (minuto 90, 1-0). Mazazo psicológico como pocos.

La cara de impotencia de Yáñez lo decía todo. Ni el disparo con rosca de Lago, a la desesperada, sirvió para rascar un empate que hubiera merecido. Pero el fútbol no va de merecer, sino de arrebatar. Este deporte es para ladrones que aprovechan el despiste para convertirlo en ganancia. El Málaga es este año víctima y pocas veces ladrón. Víctima de sí mismo.

- Ficha técnica:

1- Granada: Raúl Fernández; Quini (Torrente, m.53), Cabaco (Antonio Puertas, m.79), Ignasi Miquel, Carlos Neva; Bodiger (Sergio Ruiz, m.53), Pol Lozano, Melendo (Bryan, m.53), Callejón (Famara, m.79); Uzuni y Weissman.

0- Málaga: Yáñez; Delmás, Ramalho, Burgos, Cristian (Javi Jiménez, m.69); Escassi (Álex Gallar, m.79), Genaro, Fran Villalba (Luis Muñoz, m.79), Febas (Loren, m.90); Lago Junior y Rubén Castro (Fran Sol, m.69).

Gol: 1-0, m.90: Sergio Ruiz.

Árbitro: Hernández Maeso (comité extremeño). Mostró cartulina amarilla a los locales Quini (m.29), Carlos Neva (m.46+), Ignasi Miquel (m. 80) y Famara (m.89), y al visitante Febas (m.68)

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 29 disputado en el Estadio Nuevo Los Cármenes ante 19.500 espectadores (lleno), casi mil de ellos seguidores del Málaga.

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