Los números son números, no adjetivos, y por lo tanto tienden a ser irrefutables. Si tienes 5 euros, tienes 5 euros, da igual que el billete esté más o menos descuidado y gastado, su valor es el que es; por muchos adjetivos que apliquemos a ese número no dejará de valer exactamente lo que vale. Lo mismo ocurre con las cifras del paro. Son números y son irrefutables, pese a la irresistible tendencia a disfrazarlos, sobre todo cuando no se quiere reconocer su evidencia y su trascendencia. Si Andalucía está al borde del millón de parados, porque ha vuelto a crecer el número de desempleados, no cuadra que dentro de una valoración política al respecto se incida en que los datos revelan la recuperación económica de Andalucía dentro del mercado de trabajo, porque por encima de que octubre haya registrado menor incremento de parados que en los últimos tres años, está la realidad de ese casi millón de personas que ahora mismo carece de empleo.