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Talavante triunfa en la última corrida de Feria de Algeciras

Morante sale abroncado y Manzanares corta una oreja.

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  • Morante.
  • Galería de imágenes: José María Mera.
Ganadería. Herederos de Gavira. Correctos de presentación, desiguales en juego, con fuerzas limitadas, aunque nobles. Aplaudido en el arrestro el cuarto y sexto. Primero y segundo, con las fuerzas limitadas, nobles. El tercero, con transmisión. Complicado el quinto. Destacando por bravo el sexto. Pesaron: 476, 481, 459, 527, 518 y 511 kilogamos.
Morante de la Puebla. De negro y oro. Dos pinchazos y dos descabellos, pitos. Pinchazo y estocada, bronca.
José María Manzanares. De azul marino y oro. Estocada, oreja. Pinchazo, estocada, ovación.
Alejandro Talavante. De blanco y plata. Pinchazo, estocada, oreja. Pinchazo y estocada, oreja.
Incidencias. Lleno en la sombra y casi media en el sol. Saludaron en banderillas Curro Javier Luis Blázquez y Juan José Trujillo de la cuadrilla de Manzanares. No se tocó el himno de Andalucía en el último astado de la feria.

El pacense Alejandro Talavante ha entrado en la afición del Campo de Gibraltar, tras una actuación muy completa con su estilo personal, en sus dos toros. Abrió la puerta de la feria con toda la razón.

El público esta vez animó pero tampoco se llegó al lleno que se esperaba. La empresa Fomentauro que ha confeccionado unos combinaciones atractivas tendrán que reflexionar en el futuro al no verse correspondidos estos carteles por el público. La empresa ha cumplido con el pliego pero no han contado con la crisis económica que atenaza la sociedad y también con algunos toreros que siguen exigiendo cuando no generan público en los tendidos.

Unos de los toreros más esperados de la terna dió el mitin. Morante se ha encontrado con dos toros a contra estilo y el público no se lo ha perdonado. Aparte, se le ha visto un poco desganado al de la Puebla. Lanceó con buen son en el saludo capotero en su primero que como todos sus hermanos recibió solo un puyazo; le faltó motor, aunque el torero le aprovechó dos tandas dentro de sus limitaciones de fuerza y casta del de Gavira. Fue una faena porfiona abreviando con unos pases de castigo y ahí se acabó el primer capítulo de la tarde.

Con el segundo que no le dejó colocarse, el astado con el capote salió compuesto del tercio de varas y además no humillaba. Se mosqueó pronto el público y Morante intentó sujetar al toro que empezaba a mansear dibujando tres muletazos de estética. Tenía una embestida con la cara alta y Morante no estaba para estos menesteres. Como el traje que llevaba, negro, acabó una actuación llena de oscuridad. Volvió el público a la bronca y que para molestar al torero aplaudió en el arrastre al toro.

La esperanza de la tarde estaba en Manzanares que lució el capote en su primero toreando a pies juntos a la más pura esencia sevillana. El toro salió algo renqueante del puyazo. El alicantino se llevó el toro a los medios y allí empezó a trenzar una faena donde sobresalieron tandas con la diestra muy suaves y templadas, dándole tiempo y respiro al animal. Con el otro pitón dibujó buenos muletazos en el toreo al natural ayudado con la diestra en un circular completo. Fue una faena compuesta y profunda. Este es un torero que el público gusta verlo.

Y con esa disposición, tras la merienda esperaron al de Alicante. Dicen que no hay quinto malo pero este no fue bueno en general. Le quitó el capote cuanto había dibujado dos lances a pies juntos y empujó en varas. Curro Javier se lo llevó a una mano con torería para dejarlo en suerte. Cuando Manzanares empezaba la faena de muleta sufrió una colada por el lado derecho que con reflejo evitó ser atropellado; pero había momentos en que el toro se acordaba lo que había dejado por detrás, sobre todo por el pitón izquierdo. Manzanares se la jugó honradamente y se empleó hasta que no había más que sacar del pozo.

El triunfador numérico de la tarde fue Talavante con dos faenas que han tenido peso y fondo, y donde la quietud y ligazón han interesado al público. El primero que no se había confiando con el capote le dieron el acostumbrado puyacito. Talavante empezó la faena sobre la derecha ligada con pases de pecho, y al buen hacer supo también administrarles las pausas. Muy decidido y firme aprovechó una embestida noble y dulce en una labor de tintes efectivistas pero marcada por su estilo personal. Unas manoletinas pusieron la rúbrica arrancando su primera oreja.

En el sexto al que saludó con verónicas intercaladas con chicuelinas tuvo un bello remate cordobés. Se fue el toro al relance al piquero y tras ser banderilleado con rapidez Talavante inició su faena con estatuarios en el centro del anillo, aunque hubo un momento que claudicó el toro de las manos delanteras. Tenía fijeza y metía bien la cabeza. Lo llevó el torero de largo y entre tanda y tanda aprovechando la docilidad y obediencia, dándole su sitio y remató con una bernardina muy ajustada. De nuevo el temple de Talavante encandiló a los tendidos que quiso rubricar la faena matando al toro recibiendo, pero el toro no empujó; sí lo hizo al segundo intento y se llevó la oreja que le abría la puerta de feria y un triunfo en esta plaza de este rincón del sur.

El abono terminó con el aroma y el tufillo de la feria y los farolillos cercanos.

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