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Jerez

Jerez contabiliza 430 edificaciones en la zona inundable del río Guadalete

El área de Medio Rural culmina la actualización del mapa de inundabilidad de cara a su incorporación al PGOU

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  • Una zona inundada a finales de octubre en San Isidro del Guadalete -
  • "Queremos que en los planos seas visibles las zonas inundables para que oficialmente se vea que ahí no se puede construir"

En la tarde noche del pasado 30 de octubre, el puesto de mando avanzado instalado en La Cartuja a causa de la crecida del río Guadalete decretó la evacuación de  211 personas en las barriadas de El Portal, La Corta, La Greduela y Las Pachecas. Se trataba de las edificaciones más próximas al cauce del río, pero no son las únicas susceptibles de sufrir las consecuencias de un desbordamiento a causa de las fuertes lluvias o del desembalse desde el pantano de Arcos ante una situación de emergencia. 

Del total, 160 pertenecen al asentamiento histórico, pero hay otras 160 que se han incorporado a partir de parcelaciones ilegales más recientes sin tener en cuenta el riesgo

Según el estudio actualizado del mapa de inundabilidad del término municipal de Jerez que acaba de culminar el departamento técnico de la Delegación Municipal de Medio Rural, el número de edificaciones levantadas en dicho área son 430.

De ellas, 160 se encuentran en suelo urbano y son las que se corresponden con los asentamientos históricos en las proximidades del río, pero hay otras 160 que se corresponden con recientes reparcelaciones que no paran de crecer en la zona, según apuntaba este viernes el técnico municipal, Benito García, en el transcurso de unas jornadas en las que se presentó el proyecto Alianza por el Guadalete.

El objetivo siguiente pasa por incorporar los resultados de la actualización del mapa de inundabilidad al Plan General de Ordenación Urbana y que sirva asimismo como advertencia de cara a cuantos están adquiriendo muchas de esas parcelas “no como uso residencial, sino como segunda residencia”.

En palabras de García, una de las máximas autoridades en materia urbanística del Ayuntamiento de Jerez, “es urgente frenar eso, ya que el mayor cáncer del urbanismo actual son las parcelas urbanizadas ilegalmente”.

La zona del valle del Guadalete abarca el diez por ciento del término municipal de Jerez “y aglutina diferentes problemáticas, tanto desde el punto de vista naturalístico, como por los asentamientos”, señaló durante su exposición el técnico municipal, lo que convierte en un “reto complejo” la integración del río en el territorio, puesto que también se trata de “integrar el territorio en el río”.

Sobre el número de edificaciones levantadas en la zona inundable admitió asimismo que “no son muchas, en comparación con otros términos municipales, pero es problemático”, sobre todo por ese auge por adquirir pequeñas parcelas en la zona. “Queremos que en los planos seas visibles las zonas inundables para que oficialmente se vea que ahí no se puede construir”, recalcó, así como realizó una crítica frente a dicha situación: “Es una barbaridad que todo el mundo esté mirando para otro lado, las administraciones y la sociedad, mientras tanta gente se hace casas dentro de la zona inundable e incluso sobre lechos de arroyos”. En este sentido, sentenció que el reto “es que se dejen de hacer esas construcciones”.

José Manuel Soria, de Ecologistas en Acción, incidió en el riesgo evidente y recordó que ya en su día se llegó a decir que “era más barato comprarle un chalet a los residentes en las zonas inundables de Jerez que invertir en paliar las consecuencias de la crecida del río”. “Eso no se ha entendido”, apostilló a la luz de los datos y la realidad reseñada por García.

Un argumento en el que abundó Antonio Gómez, jefe de servicio de dominio público hidráulico, quien lamentó que la gente crea que el río hay que tratarlo como si fuera “una tubería”, cuando su integración pasa por “la ordenación territorial y bajo la disciplina urbanística. Es imperativo”.

Dos cuestiones pendientes

De cara al futuro a corto y medio plazo del río Guadalete, hay dos cuestiones que preocupan a los expertos: la calidad del agua y su delimitación. Con respeto a la primera, todo pasa por mejorar la depuración de aguas que vierten al cauce. El segundo, como apuntaba Miguel Pèrez, secretario general de COAG Cádiz, es más complejo y “preocupa” mucho al campo, “sobre todo en la zona de colonización”, en los asentamientos originales, “ya que esas tierras se compraron, no se ocuparon”.

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