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Simulacro de una amenaza de bomba en un barco

Un despliegue formado por 225 personas se puso en marcha tras pasar a nivel de protección dos

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  • La Guardia Civil efectuó controles exhaustivos en los accesos al Puerto. -
  • Las zonas de embarque a Tánger y Ceuta fueron desalojadas y se aumentó el control en los accesos
La capacidad de respuesta de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la Policía Portuaria y el personal de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras fueron puestos a prueba ayer por la mañana con la realización de un simulacro de protección en las instalaciones del Puerto.

El ejercicio práctico dio comienzo a las 11.00 horas. En ese momento, el centro de control dependiente del Ministerio del Interior da la orden de elevar el nivel de protección del uno al dos ante un hipotético aviso de que en el buque de pasajeros procedente de Tánger se encontraba “un objeto no deseado”.

Rápidamente, se puso en marcha un dispositivo formado por 225 personas entre personal de la Policía Portuaria, Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local, quienes llevaron a cabo los protocolos previstos en el Plan de Emergencias destinado a cumplir con lo descrito en el Real Decreto 1617/2007 sobre Protección Portuaria.

En este documento se establece “la obligatoriedad de establecer un simulacro o supuesto práctico una vez al año, o con un intervalo máximo de 18 meses”, comentó el secretario del Comité Consultivo de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras, Manuel S. Alcázar.

Secuencia
Hacia las 11.00 horas, momento en que se dio la alarma, la situación del Puerto era tranquila. El movimiento de personas y vehículos era mínimo, y la emergencia casi fue imperceptible hasta que comenzaron a sonar las sirenas de los vehículos de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Todos los accesos al Puerto Bahía de Algeciras -norte, sur, centro- contaban en unos minutos con al menos dos vehículos de la Policía Local custodiando la entrada. Se impedía de este modo el acceso a las instalaciones, mientras varias unidades de la Guardia Civil y la Policía Nacional se introducían en el Puerto para reforzar la seguridad.

Uno de los vehículos de la Benemérita estacionó hacia las 11.10 horas en la rotonda del Acceso Central. Uno de sus ocupantes permaneció con un arma justo en la barrera del Acceso Central mientras sus compañeros paraban y pedían la identificación a algunos de los vehículos que salían de las instalaciones.

En cuestión de pocos minutos, las entradas y salidas al Puerto habían quedado bloqueadas y los controles se endurecieron. En el acceso de vehículos a la Estación Marítima, los guardias civiles paraban prácticamente a cada coche, e incluso abrieron algunos maleteros. Poco a poco, se fueron acumulando automóviles en el control de accesos, y sus conductores, resignados, esperaban a que se restableciese la circulación de vehículos. Algunos de ellos comentaban que los agentes les habían dicho que no podían entrar “porque no había barcos, y hasta que éste llegue no nos van a dejar pasar”.

Hacia las 10.25 horas, la megafonía del recinto portuario informaba a los viajeros y el resto de personal presente en el Puerto de que este despliegue de seguridad y protección se trataba de un simulacro, acabando con la incertidumbre de los que aún se preguntaban qué estaba pasando en el recinto.

Los pasajeros que se disponían a subir a los barcos de Ceuta y Tánger fueron inmediatamente desalojados junto con todo el personal portuario de aquella zona, tal y como marca el protocolo de seguridad para estos casos. la evacuación fue llevada a cabo “sin incidencias y con la más absoluta colaboración y normalidad”, como resaltó Manuel Alcázar.

De igual modo, Alcázar agradeció “a todos los organismos que han colaborado: Policía Local, Nacional, Guardia Civil, Subdelegación del Gobierno, Aduanas y la Consejería de Gobernación de la Junta;  por su implicación en la realización del ejercicio”. De igual modo, quiso pedir disculpas “a los ciudadanos que puedan haber visto alterados sus quehaceres diarios con este simulacro”.

El simulacro se prolongó durante aproximadamente una hora. Según informó el secretario del Comité de la APBA, tras la primera media hora Madrid elevó el nivel de seguridad del dos al tres, máximo grado de protección en las instalaciones.

Después de llevarse a cabo el desalojo de las dos terminales de ferrys y una vez que se decretó el fin de la actividad, se volvió al nivel uno de normalidad. Hay que recordar que sólo el Ministerio del Interior tiene potestad para elevar o disminuir la consideración de alarma, independientemente de que haya pasado ya la situación de peligro que ha motivado la actuación especial.

Explicaciones
Una hora después de iniciarse el ejercicio, la APBA ofreció una rueda de prensa en la que explicó la naturaleza y contenido de la operación desde el Centro de Control de la Policía Portuaria, ubicado en el Paseo de la Conferencia.

En dicho recinto, a través de unas consolas y varios monitores se monitoreaba todo lo que sucedía en los diversos puntos de las instalaciones portuarias.

La actuación combinada de Policía Local, Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Portuaria iba también destinada a evitar consecuencias graves para la circulación dentro del casco urbano y, sobre todo, en los accesos a Algeciras.

En el Acceso Norte, una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico desviaba los camiones hacia el túnel mientras invitaba a los turismos a entrar por la circunvalación.
La Policía Local aseguró, asimismo, la ruta de acceso al hospital ante las previsiones de que pudiesen producirse heridos. 

Fuentes del cuerpo municipal aseveraron que “ha habido menos problemas de tráfico incluso de los que esperábamos. No obstante, se produjo un cierto colapso entre la rotonda de Varadero y la avenida Virgen del Carmen. Las mismas fuentes comentaron que este atasco tuvo lugar porque los conductores que habían visto cerrados los accesos norte y sur acudieron en masa hacia el acceso norte.

Llamadas
Estas mismas fuentes indicaron que sólo se habían producido tres llamadas relacionadas con el simulacro: una de ellas al 112 y otras dos a Jefatura.

En uno de los casos, llamó una mujer de La Línea preocupada por el paradero de su hija, trabajadora del Puerto. El segundo caso fue el de un aparcacoches del Llano Amarillo,  quien llamó a la Jafatura preguntando por qué no entraban coches en la zona de aparcamiento gratuito.

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