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Jaén

“La dirección me fascina y estar en un escenario me sana”

Pedro Lendínez ha creado su propia compañía, Pespunte Producciones, apostando por Jaén y sus profesionales, con el propósito de “vivir dignamente del oficio”

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  • Pedro Lendínez de Haro. -

Actor, dramaturgo y director de escena, apostó por su vocación y hoy es una de las caras más reconocidas de Jaén, un hombre que trabaja día a día para crear conciencia de que el teatro y el cine que se hace en esta ciudad vienen de manos de profesionales que quieren vivir dignamente de su oficio.

A Pedro Lendínez de Haro (Bailén, 1981) le llamó la interpretación desde que era un niño, pero no fue hasta el año 2003 cuando se decidió a dar los primeros pasos. Siendo universitario se cruzó en su camino la compañía Teatro Xtremo. Vio un cartel y se animó a asistir a un curso de interpretación. “Fue una etapa muy intensa. Aprendí que la interpretación no era sólo un placer, sino un trabajo que exigía un gran compromiso”, recuerda.

Formado en el Centro Dramático Nacional y en Escénica Andalucía, pertenece al Laboratorio Rivas Cherif del Centro Dramático Nacional, en las modalidades de Interpretación, Dirección y Dramaturgia.

Y es que a Pedro Lendínez le “sana” subirse a un escenario. Con la interpretación encontró estabilidad emocional cuando más la necesitaba y ésta fue su vía de escape durante un tiempo.

En el año 2008 creó junto a otros actores la compañía Tetrae Teatro y de ella nació ‘Sexo-lógico’, un montaje que quedó finalista en el Certamen Andaluz de Teatro (2009-2010). En 2010 dejó su trabajo y se decidió por montar su propia compañía, ‘Pespunte Teatro’, ahora convertida en ‘Pespunte Producciones’, con la que apuesta por las artes escénicas y el audiovisual.

Actor protagonista en una veintena de montajes teatrales, seis cortometrajes, cuatro largometrajes y varias campañas publicitarias, se estrenó en la dirección audiovisual en 2015, con el cortometraje Cenizas Dulces. De su carrera como actor, destaca el monólogo musical ‘Abierto en canal’, en el que hace de sí mismo.

Como profesional no tuvo dudas en apostar por Jaén, que según Lendínez “está viviendo uno de los momentos culturales más atractivos de los que se recuerda, aglutinando mucho talento”. Se niega a creer que se está perdiendo esa energía porque no sea el momento idóneo por la situación económica y social que atraviesa la provincia. “En Jaén cuesta mucho vivir de este oficio porque existe un déficit importante de público y hay una incomunicación total entre los profesionales y las administraciones. La dificultad para acercarnos a los espacios escénicos públicos es alta y cuesta que se nos reconozca”, confirma Lendínez.

De ahí que asegure que es “inviable sostenerse económicamente si uno lo quiere hacer bien”. Según Pedro Lendínez, la consecuencia ha sido que “años atrás se haya hecho un teatro de guerrilla, en el que primaba la supervivencia”. De ahí que su relación con esta ciudad sea de “amor-odio” porque las exigencias son “excesivas”.

Sus vistas están puestas en Madrid, con la producción de una obra basada en un texto del dramaturgo jienense Tomás Afán, sobre el Alzheimer, gracias a la ayuda a la producción que le ha concedido la Junta de Andalucía. “Siento la necesidad vital de saber qué pasará si lo intento en Madrid. Si me tengo que volver, lo haré con la cabeza bien alta. Siempre llevaré el nombre de Bailén y Jaén”, dice quien no tiene prisa para marcharse.

Y es que antes de final de año, de la mano del director jienense Juan Antonio Anguita, estrenará el largometraje ‘12 días de mierda’, como uno de los protagonistas. Y dirigiendo, el 11 de octubre estará en el Teatro Darymelia con ‘Después de Fedra’. 

“El equipo de profesionales que existe en Jaén es como una gran familia”, reconoce, agradeciendo la confianza de quienes creen en él como director. Como actor, tira de profesionales que, como él, tienen como meta “vivir dignamente del oficio”.

Como director, apuesta por textos que inviten al espectador a “reconciliarse con la vida”; y como actor, encuentra en el escenario un lugar que lo hace sentir bien. “La interpretación me ayuda a comprender mejor al ser humano, a empatizar y a ser feliz”, afirma Lendínez.  En esta línea, reconoce que está “muy cómodo” en todas las ramas. “Dirigir a actores me fascina, por la empatía emocional, porque sé qué pasa cuando uno está ahí”, dice.

Licenciado en Psicología, es terapeuta gestáltico. “Tengo la Psicología como modelo de vida, pero también la interpretación. Son mis dos pasiones, en las que quiero navegar en esta vida”, termina.

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