Si alguien hubiese dicho hace diez años que habría una plataforma para afectados por la hipoteca, lo tildarían de loco, pero claro, la crisis no había llegado, los abusos de la banca no se conocían o se permitían, y miles de familias no vivían al borde del desahucio y la exclusión social.
En el caso de la provincia onubense, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) va a cumplir dos años de acción en Huelva. Toca echar la vista atrás y hacer balance, y a pesar de que el objetivo último es que ninguna familia pierda su techo o que al menos puedan empezar de nuevo sin una mochila cargada de deuda a sus espaldas, sus miembros están satisfechos por lo que se ha logrado en apenas 24 meses.
Sergio Román y Amable Pelayo son miembros de la PAH de Huelva y han vivido en sus propias carnes lo que significa perder una casa. Según relatan a Viva Huelva, “la plataforma de Huelva está muy contenta, porque en referencia a los desahucios, creo que somos la única de España que no hemos tenido necesidad de parar un desahucio en las puertas, siempre lo hemos parado antes de llegar a ese extremo, y por ese lado estamos muy satisfechos”.
Asimismo apuntan que “en referencia a los dos años que llevamos como plataforma, estamos con un promedio de 80 casos resueltos, con dación en pago o condonación de la deuda, cuando la vivienda ya ha sido subastada, y la gran mayoría se quedan con un alquiler social, pero la deuda con la que nos querían hacer cargar, se ha quedado atrás”.
Esa es precisamente su principal lucha, “no dejar a la gente marginada, que no se queden desprotegidos, porque encima de que se quedan sin casa, quieren que carguen con una deuda, y lo peor es cuando hay familiares avalistas, que pueden perder también sus casas”.
En estos dos años, también han notado un cambio en el comportamiento de las entidades bancarias. “Hay casos de personas que ya habían pedido por su cuenta la dación en pago, pero cuando la piden a través de nosotros, cambia la actitud porque saben que vamos a hacer las acciones que haga falta sin consideramos que es un caso justo”. Y al final, esas acciones tienen su recompensa, porque “casi todo se está consiguiendo, y en el último mes y medio se han resuelto seis casos - entre ellos los suyos propios: Sergio ha logrado la dación en pago y Amable la condonación de la deuda y el alquiler social en su vivienda, que ya había sido subastada-; todo a base de lucha, pero esas son nuestras armas, pues es lo único que tenemos”.
Sin embargo, a pesar de todos estos logros, que luchan por ayudar a familias en una situación límite, aún tienen muchas barreras que saltar, principalmente por la falta de apoyo. Por un lado, lamentan que “no tenemos una sede física, en las reuniones semanales hay unas 60 personas fijas y llevamos unos cien casos abiertos ahora mismo, por lo que somos pocos”. Pese a esto cuentan con el respaldo de la PAH nacional. Así, relataban que “acabamos de llegar de la reunión estatal y nos hemos llevado una sorpresa enorme, porque el respeto y la admiración que nos tienen es impresionante”.
Por ello, aseguran que “nos sentimos muy respaldados por el resto de plataformas, pero no tenemos ese respaldo en Huelva; de palabra sí lo notamos mucho, pero a la hora de movilizarse no tanto”.
Fiesta de aniversario
Y en el apartado institucional la cosa pinta peor. “Con los organismos oficiales es el colmo”, lamentan, a lo que añaden las trabas puestas por el Ayuntamiento capitalino. “Ahora estamos organizando el segundo aniversario -será el día 29 en las carpas de la avenida de Andalucía a partir de las 12.00 horas y habrá muchas actividades, juegos para niños y barra de comida y bebida a precios populares-, y nos hemos encontrado con que nos piden pagar una tasas de ocupación, a pesar de ser una plataforma sin ánimo de lucro; además, nos piden una multitud de documentación, no colaboran ni ayudan en nada, y ni nos reciben, pues hemos ido a plenos, y se levantan y se van”.
Al margen de esta fiesta de anivesario y convivencia, también han editado un calendario solidario para 2015 a un precio de cinco euros, venden papeletas para el sorteo de una cesta de navidad, y todo lo que se les ocurre, porque necesitan fondos para muchas cosas: “Por un lado, para pagar multas, la última de 300 euros por pasarnos 40 minutos en una manifestación en Bollullos; también necesitamos ese dinero para las campañas informativas que hacemos, y para poder empezar a ayudar a afectados en condiciones muy extremas, que no tienen ni un calentador o un plato de ducha”.
Sobre las campañas informativas, ahora están centrados en los ayuntamientos. Por un lado, para que levanten los embargos -por impago de IBI, por ejemplo- porque “esos embargos paralizan los procesos, pues los bancos los utilizan como escusa para no dar la dación en pago”, y por ello van a iniciar una campaña contra ayuntamientos y financieras, porque “empiezan a pensar que son también pequeños bancos y hacen que una persona no pueda salir del pozo”.
Ayuntamiento y plusvalías
El otro frente abierto con los ayuntamientos es respecto al cobro de la plusvalía tras una dación en pago. “Ya no es que lo tengamos que pelear, es que es por ley, pero los ayuntamiento la siguen cobrando”, indican. Por ello, están informando a la sociedad, porque “no sólo es que no deben cobrarla, es que la nueva normativa tiene carácter retroactivo de cuatro años, pero si los afectados no van a reclamarlo a su ayuntamiento, no les van a devolver nada”.
Todo esto y más es lo que viene haciendo desde dos años la PAH en Huelva. Por ello, Sergio y Amable, en nombre de la plataforma, animan a los onubenses a sumarse a su lucha, y a los afectados a acercarse. “Que vengan a las asambleas de bienvenida, que son todos los martes a las 18.00 horas en Los Desniveles, que se pasen y pierdan el miedo, porque se van a encontrar con una familia, con un apoyo incondicional, y moralmente viene muy bien, porque uno llega allí roto, y nosotros asesoramos, acompañamos y respaldamos”.
Ellos son el ejemplo en primera persona. Sergio firmó la dación en pago en septiembre, y Amable la condonación de su deuda hace una semana. Los dos insisten en que sin la PAH no hubiera sido posible, y han aprendido la lección: “Ya no hay más letra pequeña para quien pasa por la PAH, la letra tiene que ser muy grande”.
