Dos partes claramente diferenciadas para la noche de gala del Carnaval de Huelva: el esperado pregón y la entrega de la insignia de oro del Carnaval Colombino.
Por primera vez en su historia, la Federación Onubense de Peñas y Agrupaciones del Carnaval de Huelva, Fopac, ha escuchado las casi plegarias que muchos carnavaleros entonaban en torno a esta importante valoración que se otorga anualmente, entregando dos insignias, en vez de una, y cada cual más acertada y muy merecidas. La primera para Mari González, primera y única mujer que presidió la federación durante un largo periodo, siendo quizás la etapa más representativa de aquellos años de gloria del Carnaval Colombino. La segunda para Francisco Rodríguez Bogado, carnavalero muy entregado a la fiesta, que también cumplió su cometido como presidente en un mal momento, afrontando adversidades que supo subsanar en su mandato. Ambas insignias han tenido una aceptación generalizada por parte de los carnavaleros, que esperaban año tras año, dicha distinción.
“Silencio, silencio, que esto es Huelva y Cádiz”. Quizás sea una de las frases más representativas del pregón que ofreció Fali Ramos en la noche del pasado viernes en el Gran Teatro de Huelva. Cerca de un centenar de personas participaron en un evento que señalaba el inicio de las carnestolendas onubenses, en el que se pudo disfrutar de agrupaciones de Huelva y Cádiz, unidas por un factor común, Rafael Ramos Eugenio, Fali Ramos, un nombre que suele despertar la admiración por sus facetas y cualidades artísticas.
Un pregón del revés, así presentaba dicho autor y director carnavalero su obra, que logró llenar todas la butacas del templo de las coplas de febrero. Momentos estelares para la Chirigota de los Primos, que siguen manteniendo esa picaresca, mostrando las mismas cualidades que antaño, trasladándonos a una de las mejores etapas que han vivido las chirigotas en el concurso colombino. La presentación del pregonero tuvo un nombre de honor, Antonio Cabezas Reyes, otro de los grandes personajes de esta fiesta, que supo definir con maestría literaria el perfil del pregonero, incluyendo la exigencia del respeto y el necesario silencio.
La Chirigota de Fali Ramos hizo gala de la gran calidad que siempre muestra, interpretando un breve pero significativo popurrí de grupos representativos del pregonero. No faltó la modalidad seria en el escenario, en representación de muchos comparsistas onubenses que desearon estar presente en dicha actuación. El espacio dedicado a Cádiz lució más, si cabe, con la participación en el escenario del onubense José Antonio Pichardo, que más atrás de lo esperado, dejó claro la calidad que nos ‘gastamos’ en Huelva. Era esperada la participación en dicho acto de su hija Vanesa y su sobrino Javier, de los que se siente muy orgulloso, y a los que le dedicó momentos muy emotivos, con el tres por cuatro por delante.
Final con gran ovación del público a la importante trayectoria de un autor consagrado que ha llevado siempre a Huelva por bandera.
