Se recordarán como las más esperadas, con la suerte, además, de un tiempo estupendo y las normas sanitarias siguiendo el proceso evolutivo hacia la normalidad. Aún así, las mascarillas seguirán en su lugar durante el período considerado por el usuario, con la prudencia al otro lado de la mano. Nos encaminamos a retomar la vida que nunca será como la de hace dos años, porque en nuestro interior se retuerce y duele el pellizco de la incertidumbre. Por esta razón, el dispensador de hidroalcohol aún vigilará desde la entrada y permanecerá junto al fregadero, en el baño o escondido en la barriga del bolso. Pasará el tiempo, pero estos meses estarán presentes con largo fiado por habernos tocado a todos. Por eso, estas vacaciones las hemos disfrutado plenamente, aunque no nos hayamos movido de casa.
Internet ha informado oportunamente del estado de las playas, de las carteleras de cine y las obras de teatro, de los títulos más vendidos y aconsejados por las librerías y de las procesiones. Y entre toda la oferta, ha llamado la atención un enlace España fea, título de la publicación con autoría de Andrés Rubio, referente a los atentados urbanísticos de nuestro litoral. Aparecen fotos tomadas desde el mar, ofreciendo una visión densa, cansina y agobiante que el paseante no aprecia porque está disfrutando del aire salado y el masaje de la arena en los pies.
Pero es cierto, desconciertan los edificios que parecen escalar las montañas, las filas de balcones superpuestas, paralelepípedos rectángulos queriendo llegar a la cima para coronarla. Hace unos cuarenta años que empezó esta escalada, un alquiler para dormir y despertar. Los arrendatarios afirmaban con humor que limpiaban lo justo a diario, las habitaciones tenían el turno asignado para después de hacer las maletas para la vuelta, el último día.
Mientras tanto resultaban muy distraídas las carreras de pelusas, aseguraban entre risas. Un tanto exagerado pero ocurrente, sin embargo se aprecia una declaración de intenciones, no perder un minuto de sol ni un churrete de salitre. En este entonces de hace más de cuarenta años empezaban los desaciertos, los errores y las aberraciones hasta nuestros días, aunque en algún momento empezara a respetarse el patrimonio y la Ley de Costas.
Las vacaciones terminan con la sensación de haber estirado los días. La primavera ya está dorando la piel, preparándola para este trimestre que comienza entre brotes de lavanda y albahaca por donde caminan el pulgón y las orugas, mientras las salamanquesas juegan al escondite mordiendo las hojas.
Sigamos disfrutando con prudencia.
