Alfonso Basterra ha asegurado este viernes que nunca dio Orfidal o "polvos blancos" a su hija Asunta, que era "lo que más quería en el mundo", y ha indicado que la medicación en las fechas anteriores a su muerte fue proporcionada por su madre, Rosario Porto, aunque él nunca vio síntomas de sedación en la niña.
En su declaración ante el tribunal, que se ha prolongado durante cuatro horas, el padre de Asunta Basterra, acusado de su asesinato, se ha desvinculado de cualquier tipo de medicación que tomase la niña y ha negado que le diese "polvos blancos", tal y como Rosario Porto dijo en su primera declaración en instrucción.
El acusado ha reconocido que durante el mes de julio se encargó de comprar varias cajas de Orfidal para su exmujer, que estaba pasando por un periodo de depresión, aunque no ha precisado la cantidad de pastillas, que el fiscal ha cifrado en 125 para un mes en el que Porto reconoció haber tomado "algún" Orfidal "suelto".
No obstante, ha negado que diese nunca este fármaco a la víctima y, de hecho, ha asegurado que se mostró "muy sorprendido" cuando conoció que se encontraba en su organismo tras su muerte.
Al mismo tiempo, Basterra ha asegurado que fue Rosario Porto la que supuestamente dio un antihistamínico a Asunta el ocho de julio para tratar su rinitis alérgica, dado que él no disponía de este fármaco en su domicilio. Al día siguiente, tras dormir en casa de su padre, la niña acudió a clase de música adormilada y "dopada", según declaró este jueves su madre Rosario Porto.
Aunque Porto ha indicado ante el tribunal que fue ella la que la recogió ese día y que las profesoras le comunicaron que había estado mareada durante la clase, este viernes Basterra ha asegurado que la recogió él y que la niña, que por la mañana se encontraba "embotada" por la alergia, ya estaba recuperada. El acusado ha negado que tuviese conocimiento de algún episodio de sedación.
DÍA 18 DE SEPTIEMBRE
En su declaración, también ha corroborado la versión de Rosario Porto sobre lo sucedido el 18 de septiembre, cuando Asunta no fue a clase, según ha dicho, por tener unas "décimas de fiebre". Sin embargo, la madre puso en una nota al tutor que se encontraba afectada por una medicación muy fuerte para que la niña "no se sintiese ridiculizada", ha afirmado.
Asimismo, Basterra ha asegurado, a reiteradas preguntas del fiscal, que esa mañana, en la que Asunta se quedó "en cama" en casa de Rosario, él no la vio, y que la pasó haciendo recados hasta el mediodía. En ese momento, el Ministerio Público ha exhibido un registro de 'Whatsapp' según el cual el acusado envió un mensaje a su exmujer poco antes de las 12,00 horas en el que decía 'Asunta está cada vez mejor, tranquila'. "Entiendo que iría a la casa y la vi", ha rectificado.
En la jornada anterior a este episodio, el 17 de septiembre, Basterra tampoco ha podido explicar quien desconectó la alarma de la vivienda de Porto en Montouto, que permaneció sin conectar de nuevo hasta las 22,40 horas. Al igual que la acusada hizo el jueves en su declaración, Basterra, que disponía de llaves de la casa, ha asegurado que él no estuvo esa tarde, que pasó con la niña, en la vivienda.
De hecho, ha concretado que la última vez que entró en esa casa antes de la noche de la muerte de Asunta fue el viernes 13, cuando acudió, con la niña, a realizar algunos recados tras pasar la ITV al coche de Rosario Porto en Cacheiras. Aunque Basterra era el encargado de la limpieza de este vehículo, no ha explicado el motivo por el que, durante el registro policial, se constató que habían desaparecido las alfombrillas traseras.
Ante el tribunal, Alfonso Basterra ha sostenido que cree que ese viernes, más de una semana antes de la muerte de la niña, vio el trozo de cuerda naranja que la instrucción vincula con el hallado junto al cadáver, en la papelera de una habitación. "Aunque no puedo afirmarlo", ha sentenciado.
MANTIENE SU VERSIÓN
Sobre lo ocurrido el día de la muerte de Asunta, Basterra ha mantenido su versión de que, tras la comida familiar que él solo preparó, se quedó toda la tarde en casa cocinando albóndigas con champiñones y crema de calabacín, así como leyendo un libro.
En este sentido, ha señalado que no salió de casa hasta que su exmujer le llamó, sobre las 21,30 horas, para advertirle de que Asunta no estaba en casa y que desconocía que la niña hubiese ido a Teo porque su exmujer le dijo que se quedaría toda la tarde en casa.
Ambos acudieron a comisaría a denunciar entonces la desaparición, aunque Alfonso Basterra ha indicado que no recuerda si la Policía le pidió detalles sobre las últimas horas de la niña, algo que ha atribuido a que estaba "histérico".
Al dolor por la muerte de la niña también ha atribuido algunas variaciones en sus versiones, así como de los detalles que no recuerda sobre esos días. En conjunto, Basterra ha ofrecido detalles sobre unos puntos -como el texto exacto escrito en enero de 2013 en un diario--, aunque se ha mostrado dubitativo sobre las explicaciones que dieron a los agentes en las primeras horas tras la desaparición de Asunta.
El acusado, en contra de lo sostenido por las acusaciones, también ha afirmado que la colaboración con la investigación fue total y ha explicado que, en un primer momento, no se negó a declarar, algo que sí hizo después por consejo de su abogada.
A mayores, ha elogiado el papel de Rosario Porto como madre y su interés y dedicación en Asunta como padre, indicando que era "lo que más quería".
ORDENADOR PORTÁTIL
Alfonso Basterra ha sostenido también, a preguntas de las partes, que "no ocultó" su ordenador portátil, que en un principio no fue localizado y los investigadores hallaron en su piso varios meses después de los hechos.
El acusado ha calificado de "divertido" que se le acusase de ocultar esta prueba dado que él se encontraba ya ingresado en la prisión de Teixeiro y ha afirmado que el ordenador "apareció" en su casa, "de donde no se había movido en cuatro meses".
Aunque para Basterra el ordenador estaba allí desde el principio y no fue visto por los agentes que realizaron el primer registro, el acusado ha admitido que fueron varias las personas que pasaron por su casa en los días posteriores a la desaparición de Asunta.
FOTOS "TENDENCIOSAS"
Del mismo modo, ha negado que realizase él las fotografías en las que Asunta aparece "amortajada" por una sábana y maquillada y vestida de "cabaret" tras una actuación ballet, ante las que ha protestado enérgicamente.
Basterra ha considerado que la intrerpretación de estas imágenes, en las que la niña aparece en una posición extraña, es "tendenciosa" y las ha vinculado a un contexto de normalidad, dado que a Asunta "le gustaba disfrazarse".
Las imágenes fueron localizadas en un teléfono Iphone4 propiedad de Asunta junto con pantallazos de páginas de contenido erótico -algunas pornográficas y otras de contactos, como de la conocida Ashley Madison--, así como junto a imágenes de contenido sexual explícito sacadas de Internet.
Alfonso Basterra se ha desvinculado de estas imágenes y se ha escudado en que sólo disponía de un teléfono obsoleto -"una carraca"--, porque desconoce "como funciona ese chisme". Asimismo, ha revelado que el móvil de Asunta perteneció previamente a su madre, Rosario Porto.