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Mala persona, fanático, ignorante: las últimas perlas de sus señorías

"Hay que ser muy mala persona, muy fanático. Es usted un ignorante". Estos "piropos", trufados de alguna diatriba más en catalán que no recogieron los taquígrafos, se los dedicó Tardá al ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, sentado allí a pocos metros en su escaño

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Deben ser los nervios por la incertidumbre electoral o esta semana de pleno a trasmano que obliga a muchos diputados a dejar de hacer campaña en sus dominios, pero lo cierto es que llevamos dos días algo alterados en el Congreso, con sesiones broncas, insultos personales y amagos de expulsión.

No es la primera vez que el diputado de ERC Joan Tardá sale en los telediarios por una salida de pata de banco, pero su última "actuación" de ayer en el hemiciclo quedará en los anales del parlamentarismo y del Diario de Sesiones del Congreso, que hoy recoge con pelos y señales toda la escena.

"Hay que ser muy mala persona, muy fanático. Es usted un ignorante". Estos "piropos", trufados de alguna diatriba más en catalán que no recogieron los taquígrafos, se los dedicó Tardá al ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, sentado allí a pocos metros en su escaño.

El motivo de tanto mosqueo fueron unas supuestas palabras de Wert en una conversación informal con periodistas en los pasillos de la Cámara.

Según versiones apócrifas que el ministro intentó luego matizar, Wert habría comparado la situación actual del castellano en Cataluña con la persecución que sufrió el catalán durante el franquismo. Un anatema para el catalanismo.

Fuera de sí, Tardá acusó a Wert de vilipendiar a las miles de personas que fueron "apaleadas" por hablar catalán durante la dictadura. "Es usted un..." Afortunadamente no siguió.

Le paró en seco la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, que estaba en ese momento dirigiendo la sesión y que ya ha tenido algún que otro encontronazo con el diputado republicano.

Después de un tenso tira y afloja, Villalobos terminó expulsando a Tardá de la tribuna, aunque al diputado pareció darle igual porque desde su escaño siguió lanzando dardos contra Wert, que seguía la escena en silencio sentado en su banco azul.

Parecía que la cosa se iba a quedar en un batalla dialéctica a dos bandas hasta que se metió por medio el portavoz de ICV, el catalán Joan Coscubiela, también dolido por las palabras del ministro sobre la lengua de Josep Plá.

-"Cuando se provoca pasan estas cosas...", le recriminó Coscubiela.

-"¡Cállate que tú no estabas!", le contestó a gritos la diputada del PP Ana Belén Vázquez.

-"Los hijos de los que nos metieron en la cárcel por hablar catalán encima dicen esto", añadió Coscubiela.

-"Comprendo que le gusta mucho el protagonismo, pero no es su momento. Váyase a almorzar", le invitó Villalobos.

-"Pues ahora me quedo", replicó el diputado de ICV.

-"Haga lo que le dé la gana", zanjó la vicepresidenta, que por fin dio por terminado el incidente.

Unos minutos después y con cara de circunstancias, el ministro Wert subió a la tribuna para aclarar que se habían malinterpretado sus palabras y que en ningún momento había querido comparar el trato actual al castellano en Cataluña con el "abominable" trato que sufrió el catalán durante el franquismo.

No le valió de mucho porque sus oponentes se encargaron de azuzar y mantener viva la polémica en mítines, mensajes en redes sociales y comunicados. Que para eso estamos en campaña.

Aunque el incidente de Tardá ha sido el más sonado. Los nervios comenzaron ya el martes bien entrada la noche.

Cuando media España estaba más pendiente del partido del Barça en Europa, la sesión acabó como el rosario de la aurora.

El caso del embajador Federico Trillo y sus negocios personales durante su etapa como diputado enfrentaban a socialistas y 'populares'.

La anterior portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez, no dudaba en acusar a Trillo de realizar actividades ilegales y de lucrarse gracias a sus contactos como miembro de la Cámara y por eso pedía directamente su cese. Nada extraordinario en un debate parlamentario.

El incidente comenzó a gestarse cuando Rodríguez se pasó de tiempo en su turno de palabra y fue reprendida por el presidente del Congreso, Jesús Posada, que le terminó quitando la palabra.

"Señora Rodríguez parece mentira que usted, que ha sido portavoz, no haya aprendido más del funcionamiento del Congreso (...) Me doy cuenta de que será interesante lo que está diciendo pero tiene que acabar (...) Finalice despidiéndose, adiós....", terminó Posada.

Nada más terminar, los diputados del PP comenzaron a pitorrearse por el "papelón" y la "mediocre" actuación de la antigua portavoz socialista.

"Después de su intervención comprendo por qué ha pasado usted de la fila uno a la fila cuatro de la bancada", le soltó nada más subir a la tribuna el portavoz adjunto del PP Rafael Merino.

Un "feo" que en poco más de cinco minutos le repitió Merino en otra ocasión y también su compañero Agustín Conde, que se felicitó de que su honradez como diputado no dependiera de la "actuación torticera de la más mediocre portavoz que el grupo socialista jamás ha tenido".

Entre abucheos y risas, Posada pidió -a solicitud del PSOE- que se retiraran del Diario de Sesiones todos estos insultos personales que nada aportaban al debate.

No obstante y por acuerdo tácito, el rifirrafe ha quedado indultado en el diario para regocijo de los fieles lectores del "superventas" parlamentario, disponible para todos los ciudadanos en la página web del Congreso.

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