Parece que Rihanna se va a marchar de Irlanda del Norte con su nuevo vídeo sin acabar por culpa de una decisión errónea en su vestuario. El rodaje estaba siendo en un terreno privado cerca de la localidad de Bangor, pero el dueño, un protestante que además es concejal del Partido Unionista Democrático, paralizó la grabación al ver lo que estaba sucediendo en su propiedad.
"La joven en cuestión no estaba vestida de la manera apropiada", comenta a la cadena BBC. El atuendo en cuestión consistía en unos vaqueros amplios de cintura baja que dejaban al descubierto la parte de abajo de un biquini rojo a juego con el sujetador tipo palabra de honor y una camisa larga de franela abierta.
Graham contaba a la cadena: "Me pareció que era incorrecto y les pedí que dejaran de grabar". El propietario se encontraba arando cuando se percató de que había una multitud de curiosos agolpados en torno al rodaje y cuando se acercó a ver el motivo de tanto alboroto descubrió a la cantante ligera de ropa.
Fue algo que no consideró en absoluto lícito y por eso decidió acabar con el rodaje, no sin antes exponer el porqué. "Mantuve una conversación con Rihanna y espero que entienda mi punto de vista", señalaba el granjero.
El equipo de rodaje llegó el lunes pero parece que tendrán que irse antes de lo previsto ya que según apunta Alan: "Tengo una ética y sentí que no era correcto lo que estaban haciendo".
El granjero y concejal ha interrumpido el nuevo trabajo de la cantante y ha querido además darle un consejo: "No les deseo mal alguno a Rihanna y sus amigos. Pero a lo mejor deberían familiarizarse un poco más con Dios".
