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Adiós, señor alcalde

Alcaldes históricos, especialmente socialistas, ya no volverán a empuñar el bastón de mando a partir de mañana

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Alcaldes históricos, especialmente socialistas, ya no volverán a empuñar el bastón de mando a partir de mañana, bien porque no han querido someterse una vez más al designio de las urnas, bien porque los electores no les han dado su amparo.

Entre estos últimos se encuentra el socialista Pedro Castro, el regidor más veterano de una gran ciudad, la madrileña Getafe, que el todavía presidente de la FEMP ha dirigido ininterrumpidamente desde 1983, es decir, 28 años.


Salvo imprevistos, Castro cederá mañana el sillón de la Alcaldía a Juan Soler, y todo porque un partido que ha irrumpido con fuerza en las pasadas elecciones del 22 de mayo, UPyD, podría abstenerse en la votación y facilitar así la investidura del candidato de la lista más votada, la del PP.

Ocho años menos llevaba en el cargo otro histórico de la política municipal, el donostiarra Odón Elorza, al que unos resultados adversos y la irrupción de Bildu -la candidatura más votada- han desalojado del consistorio, que previsiblemente será gobernado por la coalición abertzale.

Después de tres legislaturas al frente de la corporación municipal de Palencia, Heliodoro Gallego cede su silla pero está dispuesto a seguir dando "el callo" como portavoz del grupo municipal socialista, en la oposición, y no se plantea ir en ninguna lista al Congreso o al Senado en las elecciones generales.

Pendiente de un hilo está el socialista Xosé Sánchez Bugallo, a la espera de que la Justicia resuelva un recurso que, de ser favorable a su partido, le podría mantener en la Alcaldía de Santiago de Compostela, donde el PSdeG se ha quedado a 17 votos de lograr un concejal más, lo que arrebataría la mayoría absoluta al PP y le permitiría gobernar con el apoyo del BNG.

Si no es así, pasaría a la oposición después de trece años de alcalde.

Curtidos en el cargo, con cuatro legislaturas a sus espaldas, dos munícipes -los alcaldes en funciones de Salamanca (Julián Lanzarote) y Santa Cruz de Tenerife (Miguel Zerolo)- no han querido someterse al escrutinio de sus vecinos y han preferido retirarse.

Ninguno de los dos quería jubilarse como alcalde, pero mientras Zerolo no descarta seguir en la política desde otros ámbitos, Lanzarote ha expresado su intención de volver a su puesto de letrado en la Cámara de Comercio e Industria de Salamanca.

También han renunciado el hasta mañana regidor de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, tras doce años de mandato, "por el bien" de la capital hispalense, según propia confesión, y el de Burgos, Juan Carlos Aparicio, que después de dos legislaturas entiende que ha llegado "la hora del relevo".

Un camino que ha decidido seguir Ana Pagans, que accedió a la Alcaldía de Girona en el año 2002, después de que su antecesor, Joaquim Nadal, fuera requerido para otras misiones en el Parlamento catalán.

"Adiós, señora alcaldesa. Hola, señora presidenta de Navarra", será lo que previsiblemente escuche Yolanda Barcina, quien, si los pactos lo permiten, podría emprender una nueva etapa liderando el Gobierno foral, después de tres legislaturas llevando la vara de mando municipal.

De los ayuntamientos de las capitales de provincia, el PP sólo ha sido expulsado de uno, el de Cuenca, donde Francisco Pulido dejará paso a Juan Ávila, del PSOE, que se ha hecho con la mayoría absoluta.

En cambio, no son pocos los alcaldes socialistas de capitales de provincia que han perdido sus dominios: Carmen Peñalver (Jaén), Luis Felipe (Huesca), Aina Calvo (Palma), Jerónimo Saavedra (Las Palmas), Carmen Oliver (Albacete) y Francisco Fernández (León).

Jordi Hereu (Barcelona), Javier Losada (A Coruña), Carmen Heras (Cáceres), Patxi Lazcoz (Vitoria) y Tomás Santos (Logroño) completan una lista a la que podrían sumarse, si las cosas se tuercen mucho para el PSdeG, Lugo, Ourense y Pontevedra, pendientes de pactos con el BNG.

Poco le ha durado el mandato a Andrés Ocaña (Izquierda Unida) en Córdoba, ya que no ha podido renovar el cargo que tomó en mayo de 2009 cuando su antecesora, Rosa Aguilar, respondió a la llamada de José Antonio Griñán para ser consejera de la Junta de Andalucía.

La derrota de Ocaña dejó a IU sin su tradicional feudo.

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