A punto de cumplir 36 años, el piloto catalán ha reanudado su carrera profesional a una edad que invita a la jubilación. Sin embargo, el reto que supone hacerse de nuevo un hueco en la parrilla de salida ha podido con él. “Ahora tendré que ganármelo sin saber hasta dónde puedo llegar”, explica Gibernau en una entrevista concedida a Efe.
Su única obsesión es ser feliz. Por eso se retiró, porque no lo era. 2006 fue un mal año. La aparatosa caída que sufrió en la primera curva del Gran Premio de Cataluña le provocó una grave lesión en la clavícula que arrastró hasta el final de la temporada. “No disfruté en las últimas cuatro carreras. Me retiré convencido. Ahora vuelvo convencido, con la ilusión que supone volver estar aquí y de saber qué es lo que me hace feliz”, afirma el piloto catalán.
Gibernau ha encontrado en el proyecto de los hermanos Pablo y Gelete Nieto, la puerta para volver al panorama mundial del motociclismo la temporada próxima.