El coro de los Estudiantes era el encargado de abrir la sesión y lo hicieron con un tipo de hippie para demostrar que los tiempos de antes eran mejores. Con una presentación al tipo y muy del estilo de la agrupación de Antonio Bayón, el tercer premio del pasado concurso logró conectar con el público desde el principio.
En los tangos, una primera letra dedicada a las dos caras que tiene la ciudad de Cádiz y una segunda a la educación hicieron las delicias de un teatro que disfrutó, también, con la tanda de cuplés, dedicada a Arturo Fernández y su negativa a actuar en la capital gaditana porque gobierna Podemos; y a las nuevas tecnologías, imaginando qué pasaría si la Biblia se escribiera en los tiempos de ahora.
Con el popurrí sucede más de lo mismo, cuartetas movidas y que invitan a bailar para hacer el paso ameno sobre las tablas del Gran Teatro Falla. Y es que el coro de los Estudiantes sigue haciendo aficionados a la modalidad.