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Córdoba

Piden cárcel para un abuelo acusado de abusar sexualmente de su nieta

La madre de la menor supuestamente había vivido de niña "situaciones similares" y la afectada insistió en no denunciar

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La Fiscalía ha solicitado una pena de 12 años de prisión y diez años de orden de alejamiento para un abuelo acusado de abusar sexualmente de su nieta, durante unos ocho años, desde los cinco a los 13 años de edad. El juicio se prevé celebrar el 17 de mayo en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba.

   Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, la menor, que tiene ahora 16 años, y su hermano "cuando eran pequeños vivían con su madre y su pareja, que no es padre de los menores", si bien debido a que la mujer y el hombre "trabajaban por la mañana y parte de la noche de lunes a sábado", ella dejaba a sus dos hijos al cuidado de sus padres en el domicilio de éstos.

   En este sentido, el fiscal relata que "la menor solía dormir con su abuelo en la misma habitación y su hermano dormía en otra habitación con su abuela". De este modo, el procesado, "desde fecha no determinada, pero al menos desde que su nieta tenía cinco años de edad, aprovechando que la menor dormía por las noches con él y se hallaban solos en la misma habitación, en un número indeterminado de ocasiones, cuando comprobaba que todos estaban dormidos, guiado por evidente ánimo libidinoso, y con la excusa de que le iba a hacer masajes", supuestamente le realizó distintos tocamientos.

   Ante ello, la menor lloraba y "en alguna ocasión la pequeña sangró como consecuencia de dichos tocamientos, si bien el procesado seguía hasta que se saciaba", momento en el que la niña se iba a su cama situada en la misma habitación. Al respecto, el fiscal explica que esta situación "se repitió prácticamente cada noche hasta que ella cumplió los ocho años, momento en que la pequeña junto con su madre y hermano, y la pareja de su madre, se trasladaron a vivir a la localidad de Priego de Córdoba".

   Si bien, posteriormente el procesado y su esposa, al no poder seguir viviendo en la casa que habitaban "por problemas económicos", se trasladaron a vivir a Priego a una casa que les alquiló su hija, pero como ella y su marido tenían un local, habían tenido otro hijo y trabajaban en el local hasta altas horas de la noche, el acusado y su esposa pasaban las noches en casa de su hija para quedarse con los nietos.

   Así, "de nuevo, guiado por el mismo ánimo libidinoso, durante todas las noches", el acusado acudía al dormitorio de su nieta, "se introducía en su cama, le quitaba a la pequeña el pijama y las bragas", tras lo cual la realizaba distintos tocamientos.

LA MADRE, "ATERRADA", DESCUBRIÓ A LA NIÑA

   Dicho comportamiento del procesado continuó hasta junio de 2011, según apunta el Ministerio Público, que detalla que una noche, sobre las 0,00 horas, la menor se fue a su cama para dormir y pasados unos minutos, "una vez más, guiado por igual ánimo, llegó a dicha habitación, le quitó a su nieta nuevamente el pijama", si bien ella comenzó a llorar e insistentemente le dijo que la dejase, que "no quería", a lo que el acusado "hizo caso omiso, hasta que oyó ruido", por lo que rápidamente se marchó a su habitación, relata el fiscal.

   En concreto, la madre de la niña llegó antes a casa y oyó pasos en la parte de arriba, y ante ello, "extrañada", subió al dormitorio de su hija, momento en el que vio a la menor "tumbada boca abajo en su cama y llorando", por lo que le preguntó qué le ocurría y le contó "todo lo que ocurría con el acusado".

   En ese instante, la madre, "aterrada y enfurecida", toda vez que, "al parecer, también ella había vivido de niña situaciones similares, hechos por los que no se sigue este procedimiento", según aclara el fiscal, fue a la habitación de su padre, que "se hacía el dormido", y seguidamente llamó a su marido al que contó lo ocurrido, por lo que esa misma noche "echaron al procesado de casa y horas después la pareja de la madre llevó al acusado hasta el aeropuerto de Granada".

   Entretanto, la Fiscalía informa de que la menor, "pese a los años en los que el procesado le estuvo realizando los tocamientos, nunca antes se había atrevido a contarlo a su madre ante el miedo de que su abuelo le agrediese". Así, en diciembre de 2013, la niña, con 15 años de edad en dicha fecha, acompañada de su madre, acudió al centro de salud de la localidad de Priego de Córdoba, solicitó ayuda psicológica del equipo de Salud Mental y contó lo sucedido.

   Asimismo, la menor lo puso en conocimiento de un trabajador social de Priego, donde la niña cursaba sus estudios, quien en diciembre de 2013 elaboró un informe que remitió al Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia de la Delegación Provincial de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social la Junta en Córdoba. Y tras ello, la madre interpuso una denuncia, algo que no hizo con anterioridad ante "la insistencia de su hija de que no lo hiciese", señala el fiscal.

LOS INFORMES MÉDICOS

   Según el informe elaborado por la perito del equipo del Equipo de Evaluación e Investigación de Casos de Abuso Sexual de la Junta, respecto de la menor, determina que "su testimonio se cataloga como 'probablemente creíble'".

   Dado el tiempo transcurrido desde el último episodio de tocamientos hasta la fecha en que se efectuó dicho informe, según el informe médico forense, "la menor, con base a la entrevista realizada y a la documentación aportada, se puede concluir que el estado psíquico está dentro de la normalidad, y que en el momento actual no presenta indicios de afectación psíquica que requiera tratamiento y seguimiento psiquiátrico".

   Cabe destacar que por auto del 8 de abril de 2015 dictado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Único de Priego de Córdoba se acordó la insolvencia del acusado.

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