Pero el cansancio acumulado no hizo mella en los concejales, que una vez más volvieron a alargar el debate y a dejar patente sus diferencias con reproches más personales que políticos. En total fueron nueve horas de debate carente de aportaciones constructivas y totalmente desviado de los puntos a tratar. Cualquier excusa valía a la oposición para atacar al equipo de Gobierno, aunque lo que se estuviera debatiendo nada tuviera que ver.
El máximo órgano de decisión municipal es utilizado por muchos como un escaparate electoral, no en vano el portavoz del grupo andalucista, Manuel Guerrero, realiza muchas de sus intervenciones dirigiéndose a las cámaras de televisión, en lugar de al resto de la Corporación.
Lo sucedido en este último Pleno ha abierto un debate sobre la necesidad de que el alcalde aplique el reglamento a rajatabla y limite los turnos de intervenciones. Hasta ahora había sido flexible para evitar confrontaciones pero eso ha convertido cada punto de orden del día en un ir y venir de réplicas, contrarréplicas y réplicas de las contrarréplicas.