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Cádiz

El Colegio de Médicos celebra la III Mesa del Voluntariado

¿Cómo ha cambiado el voluntariado en los últimos años? ¿qué nuevos perfiles adoptad el voluntariado? ¿qué proceso de modernización y renovación han seguido la legislación, las administraciones y las entidades? Son algunas de las preguntas desarrolladas en el encuentro

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¿Cómo ha cambiado el Voluntariado en los últimos años?, ¿qué nuevos perfiles adopta hoy el voluntario?, ¿qué proceso de modernización y renovación han seguido la legislación, las administraciones y las entidades para equipararse a esta ‘revolución’ en la forma de ejercer el voluntariado? Con estos interrogantes como núcleo del debate, el Colegio de Médicos de Cádiz ha celebrado la III Mesa del Voluntariado, organizada bajo el título ‘Nuevos actores para un voluntariado de mayor alcance’, que ha contado con la participación de todos los agentes que hoy por hoy son el motor y el músculo de esta tarea de compromiso con la comunidad.

 

Así, el Coordinador de Voluntariado y Participación Ciudadana de la Delegación Provincial de Salud, Ismael Vaca, resaltó la “cercanía a lo local” como característica de los colectivos sociales, de los cuales más de 65% desarrolla su labor en este ámbito. También destacó la juventud de estos colectivos, que están poniéndose continuamente en marcha. La provincia de Cádiz es particularmente activa en el compromiso social, ya que junto a Sevilla suma el 45% de todo el voluntariado que se realiza en Andalucía. Éste es mayoritariamente femenino (69%) y está a cargo de estudiantes universitarios en un 42%.

Desde el ámbito académico, el Técnico de Acción Social y Solidaria de la Universidad de Cádiz (UCA), Miguel Rodríguez, explicó que “la Universidad tiene la misión de formar pero también tenemos la obligación de que los profesionales que formamos ejerzan después éticamente como ciudadanos activos y comprometidos”. El voluntariado –apuntó- “requiere también preparación y formación así como entidades potentes capaces de acoger a estos voluntarios”. Al mismo tiempo, el voluntario debe participar en la vida de la asociación y ésta debe saber implicarlos. El voluntariado es transitorio pero no lo es el compromiso que los voluntarios terminan adquiriendo con su comunidad”, reflexionó.

“El voluntariado es contagioso”

Muchas veces como consecuencia de la crisis, el voluntario se ha nutrido en los últimos años de nuevos perfiles. Además del colectivo universitario, la Responsable de Voluntariado de Madre Coraje, Isabel Palma, explicó que en este tiempo se han adherido personas con discapacidad, “que dejan de ser receptores para pasar a convertirse en donantes de ayuda, con lo que damos pasos para normalizar la incapacidad”. Entre estos nuevos actores del voluntariado, encontramos personas en desempleo, entre ellos jóvenes que terminan sus estudios y no encuentran trabajo o personas de edad avanzada que caen en el paro. A estos perfiles se añaden los colectivos en riesgo de exclusión social, “personas muy etiquetadas que mediante la labor voluntaria pasan a ser personas anónimas que se integran como uno más”. Al compás de estos cambios, las entidades han modernizado su funcionamiento incorporando las nuevas tecnologías como la formación on line o las reuniones virtuales, sobre todo destinadas al voluntariado internacional. “Muchos voluntarios llegan por obligación pero eso les abre una puerta para convertir el voluntariado en un estilo de vida. El voluntariado es contagioso”, afirmó Isabel Palma.

“Nosotros somos los invitados”

Forzosamente, la labor del voluntario y del cooperante sanitario ha tenido que evolucionar, en primer lugar para dejar de ser una tarea espontánea a ejercerse de forma organizada. Las preguntas que todo cooperante se hace o ha de hacerse comprenden un dilema: ¿sólo o en grupo?, ¿voluntario o cooperante?, ¿local o internacional?, ¿necesito permiso?, ¿cómo soporto los gastos? o “lo que hago aquí ¿puedo hacerlo allí?”. A todas estas cuestiones se refirió José Luis Gil, Jefe de Neurocirugía del Hospital Puerta del Mar, desde su experiencia como cooperante de la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria (AACS). Las pautas que debe seguir todo cooperante pasarían por “formarse en las patologías más prevalentes en el lugar de destino y saber el espacio  que nos corresponde ocupar en la labor que realizamos, lo que implica dar a la vez su lugar a las personas que están allí todo el año y gracias a las cuales la labor puede volverse permanente. Debemos entender que somos nosotros los invitados”.

También como miembro de la AACS, el enfermero cooperante Alonso Camacho expuso la misión que esta asociación desarrolla en Farafangana (Madagascar), y que supone conocer las características peculiares de la zona, su población, religión, flora y fauna así como una situación política siempre inestable antes de aplicarse a la labor sanitaria, que presenta unas enfermedades prevalentes “con patologías que aquí tratamos cada día pero que en aquellas circunstancias nos plantea casos en un estado más difícil de tratar. Es duro pero salimos satisfechos”, afirmó.

En su presentación, la Vocal de Médicos de Hospitales del Colegio de Médicos, Carmen Sebastianes, que actuó como moderadora, se refirió a la tendencia actual “hacia una acción voluntaria cada vez más abierta y participativa”. España es el país de la Unión Europea que mayor aumento ha registrado en participación de voluntarios sobre la media europea, lo que –afirmó- “pone de manifiesto la importancia de reforzar el estatus jurídico y los derechos de las organizaciones, de las personas que dedican parte de su tiempo al voluntariado y de todos aquellos destinatarios de la acción voluntaria”.

 

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