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Cádiz

"Si él me mata no quiero corazones morados ni discursos políticos, yo di la voz de alarma"

Una mujer sevillana busca una vivienda social de emergencia en Cádiz para rehacer su vida tras más de una década sufriendo malos tratos

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  • Violencia de género -
  • Su ex pareja cuenta con una orden de alejamiento de 14 años, la segunda sentencia más alta de España a día de hoy
  • Rocío sufrió durante diez años una serie de palizas brutales perdiendo en una de ellas a su bebé antes de nacer

Acciones cotidianas como hacer la compra o sacar la basura se han convertido en una continua lucha contra el miedo para una mujer sevillana que ha sufrido durante una década malos tratos por parte de su ex pareja y que quiere rehacer su vida. Rocío (nos referiremos a ella con este nombre) tiene cuatro hijos, dos de ellos de su ex pareja, y pelea día a día por conseguir una vivienda social de emergencia en Cádiz.

Tras el calvario sufrido a base de palizas brutales y vejaciones, Rocío busca una vía de salida para rehacer su vida lejos de Sevilla donde reside su agresor tras salir de prisión. Desde 2018, su ex pareja cuenta con una orden de alejamiento de 14 años, la segunda sentencia más alta actualmente en todo el país, y es que no es para menos. Durante una de las varias palizas que recibió, se encontraba embarazada de nueve meses y, desgraciadamente, perdió a su bebé.

"Estaba embarazada y empecé a sangrar. Pensé que estaba de parto pero cuando llegué al hospital me dieron la noticia de que mi bebé había muerto", explica emocionada durante la entrevista.

Tras denunciar y ganar el juicio, Rocío comenzó a buscar ayuda poniéndose en contacto con entidades como el Instituto Nacional de la Mujer, el Defensor del Pueblo o la Junta de Andalucía. "Estoy cansada de pedir ayuda... Necesito una vivienda lejos de él porque dijo que me iba a matar", comenta decepcionada con unas administraciones que ondean banderas por los derechos y libertades de la mujer.

Tras unos meses, conoció a José Gaviño, presidente de la AAVV de los Astilleros de Cádiz, que se ofreció ayudarla consiguiendo que se alojara en una casa de acogida en la capital gaditana junto a sus hijos. Tras la víspera de Navidad, Rocío tuvo que dejar esta vivienda al haber concluido el plazo teniendo que volver a Sevilla. "He tenido que dejar de trabajar por miedo. Mis amigas me hacen la compra o me tiran la basura porque me da miedo salir a la calle. Quiero que me saquen de aquí", exclama la joven sevillana que ejercía como trabajadora social en una residencia de ancianos antes de los crueles acontecimientos.

Desde Procasa le han informado que tiene una puntuación bastante alta para optar a una vivienda social en Cádiz pero que "estas viviendas se van adjudicando, por orden de puntuación en el registro de demandantes, a medida que se van recuperando viviendas que quedan libres por diferentes motivos". Fuentes de la entidad municipal aclaran que "no es cierto que no hayan casas disponibles actualmente".

Los Servicios Sociales del Ayuntamiento se pusieron en contacto con ella durante esta semana para ofrecerle hasta el 90% de la renta si llegara a encontrar una vivienda en alquiler en la capital. Sin embargo, Gaviño explica que "en estos casos, para alquilar en Cádiz te piden nóminas de más de 1.000 euros y un avalista", por lo que no considera que sea la solución definitiva sino un paso más para escapar de ese sufrimiento.

"Si me llega a matar algún día, no quiero que me pongan corazones morados, ni discursos políticos ni nada de eso. Yo he llamado a todas las puertas posibles para solicitar ayuda. Estoy gritando y quiero que sepan que si me mata, yo he dado la voz de alarma", recalca Rocío que espera el aliento y el apoyo de las administraciones para poder vivir sin miedo y dejar atrás los demonios de un pasado que se convierte en una realidad para muchas mujeres.

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