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El gran teatro de los sabores

Esta semana conversamos con Juan Carlos Almazo, quien está al frente de uno de los restaurantes con más reputación del municipio conileño: Venta Melchor.

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  • Juan Carlos y Petri.

Nada más entrar en su casa me dio una sensación de que me transportaba a otro lugar y la verdad que no sabía a donde. Todo callado, un silencio sepulcral, salió una camarera y me preguntó con voz tenue ¿quería algo?,  le dije ver a Juan y me contestó: Juan se está duchando. Ahhh, vale. Respondí.

Como tenía tiempo quise recordar ese ambiente que me resultaba algo raro. No había olor a azahar, ni a dama de noche, ni a cocina, la música la puso la camarera cuando entré, pero era moderna, por lo cual no me transportaba al pasado, era otra cosa que no sabía lo que era, de pronto se me vino a la cabeza lo que me recordaba el lugar, un día visite un manicomio para saludar a un amigo y se me quedó grabado esa sensación…la misma que recordaba en ese momento (risas). Es broma hombre, esta introducción es para una novela de Shakespeare.
Al ratito, llegó Juan Carlos Almazo... y ya cambió el ambiente por completo, me saluda con una gran sonrisa y empezamos la entrevista o lo que sea con una sonrisa por ambas partes.

¿Cuánto tiempo lleva en la hostelería?
–Tengo cuarenta y nueve, empecé con nueve años... pues haga usted la cuenta.

...Y con nueve años, que son las cuentas que me salen,  ¿qué hacía usted?
–Barrer con aserrín, fregar vasos a mano con estropajo de marca (betis).

¿Y llegaba usted al fregadero?

–Mi padre me ponía dos cajas de cerveza de madera y para mas inri, recuerdo que eran de la marca cruz blanca.Estas mismas cajas me las movía mi padre para hacer café en la máquina de palanca.

¿Qué más hacía con esa edad Juanito?
–Especialmente fregaba el suelo, los cuartos de baño... todo lo que me mandaba mi padre, recuerdo que me llevaba horas interminables limpiando hules de plástico.

¿Qué recuerdos tienes mas entrañable de la venta ‘Melchor’en esa fecha?
–Eran tiempos muy bonitos. La nacional 340 que pasaba por la puerta de nuestra venta y hacía pasar gente de todas las nacionalidades y profesiones, por lo que me hizo aprender mucho de los clientes...esa época la recuerdo con mucha añoranza.

¿Si no fuese usted hostelero qué sería?
–No me veo en otra profesión... y no me digas mas usted me llamas Juanito.

¿ Y por qué le llaman Juanito?
–Quizá por ser el más chico de la casa y de los camareros de la venta durante muchos años.

¿Juanito tiene alguna profesión frustrada del gremio que sea?
–Sí, la de cantante (risas)... me dedico a cantar en bodas , bautizos y comuniones,aaaahhh y últimamente en despedidas de solteros.

Juanito después de ser gran ‘showman’ en los escenarios, que a mi me consta, me comentan que la política se le da muy bien...
–Bueno mas que la política, me interesa por lo que ocurre en los alrededores de donde vivo, en todos los conceptos.

¿Piensa que en la restauración está todo inventado?
–No(lo dice rotundamente), en la restauración hay que reinventarse a diario, si quieres tener éxito.

¿Qué inventa para tener tanto éxito como tienes?
–Yo no invento nada, sólo me dejo de llevar por mis sensaciones.

Los platos que usted elabora en su venta ¿a gusto de quién están hechos?
–Eso es una labor de equipo y de experiencia.

¿Es cierto que su restaurante es un poco peculiar?
–Bueno, yo intento que sea diferente, mas bien como una obra de teatro diaria y natural.

Me comentan que esta obra de teatro que tú interpretas a diario, tiene dos actores importantes, uno eres tú y tu mujer, ¿no?
–Yo diría que la dirección y producción, en este caso mi mujer, Petri, pero al igual que la dirección y la producción, también es muy importante el resto de los actores,camareros, cocineros, limpiadoras y proveedores,) y lo más fundamental para que esta obra se complete es el público, es decir, nuestros clientes.

Juanito, dejando un poco su profesión,¿es cierto que estuvo a punto de entrar en la ‘Isla de los famosos’?
–Sí claro, estuve a punto de entrar y se truncó después de estar entrenando más de seis meses en el gimnasio de Aragón con un entrenador personal... hasta hice un curso de supervivencia...fue una anécdota de mi vida.

Juanito me comentan que reparte bocadillo en la Romería de San Sebastián...
– ‘Po zi’, pero ya pienso cobrarlos (risas), es broma.

Bueno, Juanito ya no te pregunto más porque creo que la introducción de este artículo se puede convertir en realidad y yo también me vulva loco, jejejejeje

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