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Trópico de letras

ORGULLO LGTBIQ

Comprendo cada vez más al colectivo LGTBIQ y que hay que salir a la calle para seguir luchando, para alzar la voz y que puedan decir bien alto lo que quieren

Publicado: 23/06/2024 ·
17:55
· Actualizado: 23/06/2024 · 17:55
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  • Bandera del Orgullo. -
Autor

Mari Loli Romero López

Maestra y escritora. Colaboradora en revistas internacionales. Dos libros publicados y cinco pendientes de publicación

Trópico de letras

Este blog trata de opiniones diversas sobre un mundo diverso

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El día 28 de junio de 1969, en un pub conocido como Stonewall Inn, situado en Greenwich Village, un barrio de New York, en el país más “democrático” del mundo, EEUU, tuvo lugar una redada policial. Este local era propiedad de la mafia, que servía a gran variedad de clientes, pero también conocido por ser muy asequible para las personas más marginadas de la comunidad: jóvenes sin techo, homosexuales... Aquella madrugada los agentes de policía perdieron el control de la situación, lo que sirvió para que un tropel de gente se rebelase. La tensión entre unos y otros generó más protestas durante varios días y en cuestión de semanas, los residentes del barrio de  Village se establecieron en grupos organizados de activistas, con el objetivo de aunar fuerzas para instituir lugares en los que los gais y lesbianas pudieran expresarse sin trabas y sin miedo a ser arrestados por su orientación sexual.

El 28 de junio se convierte cada vez, con más fuerza en un canto a la diversidad que recuerda a las víctimas de la LGTBIfobia, que reconoce el trabajo de los activistas y que supone una nueva oportunidad de poner en perspectiva todo lo que aún queda por conseguir. Todos y cada uno de nosotros deberíamos ser cómplices de esa conquista y permitir que cada cual sea feliz con la orientación sexual con la que nació.

A mí, durante muchos años, me hicieron creer que ser homosexual era pecado y que este tipo de personas no entraría, por ello, en el ‘reino de los cielos”; o también me transmitían que se trataba de una enfermedad, o que ellos mismos elegían ser así. Ahora reflexiono sin dejarme manipular.

Me llevé cerca de cuarenta años trabajando como maestra, viendo niños y niñas de todo tipo, disléxicos, rubios, morenos, pelirrojos,  mancos, con síndrome Down, hiperactivos, superdotados, bordelines, autistas y con manifestaciones físicas no propias de su sexo. Ninguno de ellos eligió desde el vientre de su madre ser lo que iba a ser, nacieron así y así serían para el resto de sus vidas. Aunque algunas de estas manifestaciones puedan ser corregidas, como la dislexia con el método adecuado o como la hiperactividad que puede ser atenuada con tratamiento farmacológico.

¿Tienen las personas albinas la culpa de nacer con esta afección genética, para que sean perseguidas en África? No, no tienen la culpa, pero nacen así, con esas características, posiblemente heredadas, pero ellas no son culpables de que su organismo no produzca el pigmento de la melanina que regula el color de la piel, el pelo y los ojos; ni tienen la culpa de ser asoladas por la pobreza, sin tratamiento médico e incluso perseguidas, viviendo con un miedo persistente a los ataques aterradores de los que son víctimas, sobre todo, los niños. En el África subsahariana, se tiene la creencia de que si una persona enferma de VIH/SIDA, viola o realiza una profanación ritual con una niña albina, conseguirá la curación. Hay curanderos que también realizan prácticas rituales utilizando parte de sus cuerpos, como dientes, genitales, huesos...¿Ignorancia?

Por tanto, ahora comprendo cada vez más al colectivo LGTBIQ y que hay que salir a la calle para seguir luchando, para alzar la voz y que puedan decir bien alto lo que quieren, porque así se avanzará más. Y, desde este artículo, deciros que tenéis derecho a la autodeterminación, no solamente de género, sino también a vivir vuestras realidades como queráis y con el respeto y la tolerancia que os merecéis. Llegó la hora de conducir vuestras subjetividades e individualidades a vuestro deseo, ya habéis tolerado  durante mucho tiempo la opresión y el yugo del control de la sociedad. Seguid luchando, no sólo el día 28 de junio, porque el año camufla otros trescientos sesenta y cuatro días de avasallamiento y trescientos sesenta y cinco, si el año es bisiesto.

Demostradle al mundo y a esos armazones sociales y culturales que siguen generando odios y exclusiones, que, ante todo, sois personas y merecéis ser felices, porque aún no lo habéis conseguido del todo, sigue habiendo delitos de odio y discriminación, reacciones homófobas en las redes sociales, violencia callejera, acoso escolar basado en la orientación sexual o en la identidad de género. Porque la homosexualidad o la heterosexualidad no es una elección caprichosa de las personas, simplemente es parte de lo que la persona es. 

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