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Por educación

Artículo de opinión de Juan A. Criado Atalaya, Doctor en Historia de la Educación y Educación Comparada por la UNED

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  • Entrega premios educación y convivencia Barbate

Como dice el título, por educación quisiera agradecer, en primer lugar, a Viva Barbate la posibilidad que me da de utilizar una vez más sus páginas para dirigirme a la opinión pública en general. Y en segundo lugar, volver a agradecer el reconocimiento que recibí, junto a otras personas, en la última entrega de premios Educación y Convivencia de Barbate. El motivo era mi jubilación como profesional de la enseñanza y tuve la suerte de compartirlo con dos personas con las cuales prácticamente empecé mi andadura en el trabajo educativo en Barbate. Me refiero a Pepe Camas, hasta hace poco ha sido director del Maestra Aurea López, y a Esperanza Lozano, que también se ha jubilado siendo coordinadora del Equipo de Orientación Educativa de Vejer donde he trabajado la mayor parte de mi vida profesional. A ambos me unen muchos años de trabajo y, sobre todo, un compromiso con la educación pública.

Hoy por educación hago este agradecimiento y hoy, por la educación barbateña, pido a las autoridades, docentes y familias que no bajen la guardia

Durante el acto en mi intervención, agradecí a las personas que se habían acordado de mí para ese reconocimiento y que, a pesar de haber pasado ya dieciséis años cuando desde el Consejo Escolar Municipal se impulsó ese acto, para mí parecía que no había pasado tanto tiempo. Destaqué, como no podía ser de otra forma, la labor del profesorado en Barbate. Quise señalar que profesional y personalmente le debía mucho a él, ya que fui parte del mismo y sin él sin duda no hubiese sido lo que soy. Utilizando una expresión que tomo prestada de doña Aurora Gutiérrez (profesora emérita de la UNED y tutora durante parte de mi doctorado), la urdimbre emocional que en los primeros años de trabajo tuve la oportunidad de disfrutar marcaron no sólo la manera de enfocar el trabajo escolar, sino también la propia vida.

Igualmente, señalé al alcalde la importancia de que haya mantenido esos premios de la Educación y Convivencia y que hayan perdurado, aunque los gobiernos locales cambien. Convertir a la Educación y la Convivencia en un tema de primera magnitud en la vida del pueblo es algo más que necesario, si realmente se miran por los intereses de la ciudadanía. Por ello, ver el salón de actos lleno con el alumnado, familias, profesorado y responsables locales y provinciales es una imagen a perdurar.

Fueron numerosos los alumnos y alumnas que volvieron a recoger sus reconocimientos educativos y de convivencia, como ya lo han hecho durante estos 16 años otros niños y niñas de Barbate que ya son personas adultas, muchos de los cuales siguen recogiendo reconocimiento profesional y personalmente en sus desempeños. Es el caso de la también premiada Laura Camas, doctora en Educación que no nos pudo acompañar en el acto, pero que, a través de su madre, la también docente Araceli Garrido, hizo llegar a todos los presentes su agradecimiento. No es un caso puntual. Laura se suma a una larga lista de aquellos niños y niñas que ya de adultos desempeñan sus labores en distintos ámbitos de la sociedad. Este mismo diario recogía hace unos días la noticia de un premio de investigación en el campo de la medicina a otra barbateña, concretamente la doctora Laura Cardoso. Pero que no quepa lugar a dudas: si hubiese que hacer un listado, posiblemente la gente se extrañaría de la gran cantidad de alumnos y alumnas de los colegios e institutos públicos de Barbate que hoy en día tienen responsabilidades profesionales muy especializadas, en el campo de la medicina, de la investigación y docencia universitaria, de altos cargos de la administración, trabajando en la enseñanza y formando a nuevas generaciones, etc. Pero, sobre todo, la gran cantidad de personas que tras su paso por los centros educativos barbateños y con la crianza familiar asumieron códigos de conducta y de responsabilidad cívica que no pueden ser eclipsados por unos pocos.

Y quiero agradecer, sobre todo, que este reconocimiento se haya hecho después de que mi vida profesional haya transcurrido en los últimos años en otros municipios diferentes, aunque no desconectado de la realidad educativa local, ya que mi hija María Inés Criado González ha continuado durante varios años la labor docente que su madre, María del Carmen González Pérez, y yo realizamos, siendo la primera alumna del IES Torre del Tajo que volvía al mismo como profesora, y desempeñando durante estos años, como otras muchas personas, un compromiso y entrega en pro y en pos de la educación pública en Barbate.

Hoy por educación hago este agradecimiento y hoy, por la educación barbateña, pido a las autoridades, docentes y familias que no bajen la guardia: que soliciten los recursos que se requieren para que la atención del alumnado con mayores dificultades sea la mejor posible, que la escuela sea un lugar de encuentro de familias y profesorado con un único objetivo de ayudar a los alumnos y alumnas, que las autoridades dignifiquen la labor de los docentes y reconozcan las potencialidades del sistema público educativo en Barbate, el cual (y frente a las grandes adversidades) ha seguido trabajando en el desarrollo de los más pequeños, pero, sobre todo, que se mantenga una actitud crítica y de análisis continuo, porque los tiempos son cambiantes y las necesidades, asimismo, requieren de nuevas estrategias para lograr el éxito. Yo, como no podría ser de otra forma, siempre estaré dispuesto a colaborar, si así me lo piden, y de aportar mi granito de arena con mi formación académica y experiencia profesional en mejorar la educación en Barbate.

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