Arcos ha vivido su fin de semana más taurino del año, en primer lugar con los dos toros soltados por las calles el pasado sábado con la organización de la peña taurina Toro del Aleluya, y, luego, ya el Domingo de Resurrección con sus dos toros más tradicionales. A ello le sumó, también en la mañana del sábado, la fiesta con carretones enfocada al público infantil y, particularmente, a los niños y niñas del casco antiguo.
La primera de las fiestas se saldó con el ambiente esperado, con miles de personas a lo largo del recorrido y entorno al mismo, y, lo mejor de todo, sin incidentes que destacar, según valoraba a última hora de la fiesta la Policía Local. Los dos toros convocaron al público y a los trepidantes corredores que en muchos casos no dudaron en ponerse delante del animal con el peligro que ello comporta. De hecho, se produjeron varios sustos que afortunadamente no acabaron siendo atendidos por los servicios sanitarios. De todos modos, el Ayuntamiento desplegó para un caso de accidente un importante dispositivo sanitario y de seguridad. En este sentido, se habilitó por parte de Cruz Roja un hospital de campaña dotado a su vez de cinco ambulancias, un cirujano, traumatólogo y un anestesista, además de personal técnico y voluntario; mientras que la Policía Local contó con veinte agentes de servicio, la Guardia Civil aportó 18 efectivos y el cuerpo de bomberos tres profesionales. Además, tomaron parte en el impresionante dispositivo la Patrulla Verde y el cuerpo de voluntarios de Protección Civil. Todo este montaje de seguridad se reeditó el domingo para que arcenses y visitantes disfrutaran de la fiesta con mayores garantías de seguridad pública.
Ya el Domingo de Resurrección se soltaron dos toros de las ganaderías de Cebada Gago y Toros de El Torero: Gañán y Búho, que salieron de su cajón a las 12.00 y 15.00 horas, respectivamente, desde las calles Gomeles y Corredera; toros negros bragado y listón, de 540 y 520 kilos de peso.
Una vez que el alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, ondeó el pañuelo y sonaron los cohetes, salió el toro Gañán con los corredores más atrevidos a las puertas del cajón, algunos incluso disfrazados y otros dispuestos a dar un capotazo al astado, el cual pareció cogerle cierto cariño a la calle Gomeles, de la que no se desplazó hasta calle Alta en un buen rato. El toro, que es lo que se espera, realizó el recorrido completo, en el que protagonizó algunas embestidas peligrosas que llevaron a algún corredor a la enfermería y a otro más grave al hospital. Según las últimas noticias, está fuera de peligro ya que el golpe no fue finalmente tan grave como se temía.
Gañán entró en su cajón seis minutos antes de la una de la tarde y con ello cumpliendo con creces el horario legal de permanencia en las calles. Diez minutos antes comenzaron las labores de ensogado para retirar al animal de la vía pública y devolverlo a su cajón, lo cual, sin duda, no resultó fácil. En ese momento golpeó a un corredor tras embestir contra el vallado junto al Gallo Azul.
Respecto al segundo toro, de nombre Búho, no causó heridos pero tuvo que ser retirado antes de tiempo del recorrido por el veterinario, de ahí que tuviera que ser encajonado en torno a las cuatro menos cuarto de la tarde sin cumplir la hora prevista.
Entre los detalles de la jornada, el conocido como ‘Yeyo’ recibió una placa de la peña taurina Toro del Aleluya en reconocimiento por sus 42 años en el equipo de protección del animal. Las calles fueron ambientadas por la charanga Negra con Puntillo que puso toque musical. Como siempre, las azoteas fueron la mejor atalaya para ver el espectáculo, con sombrillas y barbacoas para hacer más agradable una jornada con el sol como protagonista.