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Hablillas

El día de la radio

Tan colosal como un cíclope, la radio imprimía majestuosidad no sólo a la habitación, sino a la vivienda

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Sabida es la efeméride oficial proclamada por la ONU desde 2012. Por tanto, la semana principia con esta conmemoración tan especial como entrañable. Si rebuscamos en la memoria, es posible que no recordemos cuándo empezamos a tenerla cerca, a aficionarnos a ella hasta declararnos adictos durante la franja horaria más propicia. Si en un principio entretenía acompañando, luego ocupó su sitio en el comedor o en la sala en función de los metros de la vivienda, restando el deltamaño del receptor.

Cuando cumplíamos años con una sola cifra, al visitar a los abuelos y darles el beso no reparábamos en que quien realmente nos recibía era la mirada del ojo mágico de la radio, colocado en la parte superior del frontaldonde resaltaba aún más sobre la tela brillante, a la izquierda o a la derecha según la marca.

Tan colosal como un cíclope, la radio imprimía majestuosidad no sólo a la habitación, sino a la vivienda. El hecho de poder disfrutar de las noticias matinales, del ángelus, del rosario vespertino y el concierto dominical a mediodía era como una seña de identidad o de distinción, según se mire, que en la mayoría de los casos era compartida con el vecino de al lado al subirse el volumen.

El continente fue disminuyendo de tamaño ampliando el número de emisoras. Esta forma de acercarnos al mundo fue eliminando la distancia hasta hacerla desaparecercon el rodaje del dial deslizándose por las interferencias. Los niños de entonces nos reíamos con estos sonidos que parecían haberse caído del espacio yendo a parar a aquel cajón de madera. Luego venía el cuento de aquella huida y el temor a ser encontrados, en suma, la imaginación infantil, ingenua, lógica y brillante, pero influida por las noticias que sobre el universo se emitían en los diarios hablados durante el almuerzo y la cena.
La llegada de la televisión no le restó protagonismo ni le quitó su lugar, pues conviven desde entonces menguando en anchura la segunda y de tamaño la primera hasta no sobrepasar la palma de una mano. En cuanto a seguidores, oyentes o escuchantes se puede decir que le somos fieles, teniendo en cuenta sólo por curiosidadlos niveles de audiencia publicados por el EGM, Estudio General de Medios.

En cualquier caso, el oyente lo es mientras respira. Esta semana se estrena con el día de la radio, pero además es el de todos cuantos la han hecho y la hacen posible, desde Tesla hasta el becario, desde el enchufe hasta la pila, desde el locutor leyendo de pie hasta el oyente acurrucado.Sigámosla celebrando muchos años.

 

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