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'Nueve Sevillas', el filme "flamenco" que reivindica la animalidad del arte

Barrio a barrio de Sevilla, nueve artistas pasean y conversan sobre la conexión entre la ciudad hispalense y el flamenco

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Barrio a barrio de Sevilla, nueve artistas pasean y conversan sobre la conexión entre la ciudad hispalense y el flamenco en “Nueve Sevillas”, la película de Pedro G. Romero y Gonzalo García Pelayo en la que reivindican la importancia del instinto animal en el arte.

Premio al Mejor Documental Nacional en la 19 edición del Festival In-Edit Barcelona, y con un caballo blanco con decoraciones en la frontalera que espera inmóvil en una parada de bus como portada, “Nueve Sevillas” indaga en la animalidad del arte y, en especial, del flamenco, una película que mezcla “radicalidad y arraigo”, según explican sus directores en una entrevista con Efe.

La también ganadora del Premio a la Mejor Película de No Ficción del Festival de Cine Europeo de Sevilla en 2020 nació de los carteles que diseñó Pedro G. Romero para la Bienal de Sevilla de 2018, donde aparecían los personajes y los animales.

“A mí me interesa mucho la relación animal-humano”, cuenta el creador del cartel, a quien le parecía importante que hubiera “elementos que no se sabía muy bien por qué están y que ayudaran a escaparse de la lógica del flamenco y del contexto de Sevilla”, un efecto misterioso que también se produce en el filme.

Una película que, para los directores, “quiere ser flamenca”, ya que la yuxtaposición de elementos y formatos heterogéneos característico del filme es propio de esta cultura artística.

Además, “el flamenco juega en dos planos temporales, en un presente inmediato y en un tiempo remoto”, continúa el cineasta, y “la película tiene esa doble temporalidad todo el rato: es de una actualidad brutal y, a la vez, es ancestral”.

El filme, que se estrenará en las salas el próximo 19 de noviembre, se rodó durante las dos semanas de la Bienal de Flamenco de Sevilla del 2018, ya que permitió “concentrar a todos los artistas en el mismo espacio y tiempo”, apunta Romero y, además, contaba con la pauta previa de la película de 1978 “Vivir en Sevilla”, de García Pelayo.

La idea original de los directores era hacer un documental sobre la Bienal, un evento que para el mundo del flamenco podía ser el crisol del cambio que se estaba produciendo en la forma de ver y concebir este arte.

Finalmente, el proyecto evolucionó hacia una película de dos horas y media que, según García Pelayo, “mezcla documental con ficción, una serie de elementos que le dan fundamentalmente el guion de Pedro y el repertorio de cada artista”, hecho que, para el cineasta, le confiere un dramatismo especial inesperado.

Para Romero, la cinta está hecha "en las afueras de lo político", pero su circulación sabe que va a ser política y, en ese sentido, está preparada para ello, por lo que no abandonan la posibilidad de que tenga ese significado, por ejemplo, cuando se habla de "la sistemática persecución al pueblo gitano, no solo por ser gitano, sino por ser pobre".

La bailaora chilena Javiera de la Fuente, el poeta David Pielfort, la abogada gitana y feminista Pastora Filigrana, el palmero y bailaor Bobote, el cantante y bailarín húngaro Janek, la actriz gitana Rocío Montero, la bailaora africana e inglesa Yinka Esi Graves, la torera gitana Vanesa Montoya y el propio Gonzalo García Pelayo son los nueve artistas que trazan el fresco de la diversidad de la ciudad.

Con la intención de romper con la visión unitaria que se tiene de Sevilla, el largometraje incorpora las actuaciones de Israel Galván, Rosalía, Niño de Elche o Rocío Molina, entre otros artistas, para abrir el foco. 

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