El AD Arcos FS sigue instalado en la dinámica positiva de triunfos, lo que es una buena noticia para cualquier club local y mucho más para uno de características tan humildes como las que posee el conjunto de Toni Tenorio, al que le cuesta dios y ayuda cada año el poder armar un grupo competitivo para hacer frente a equipos provinciales mucho más poderosos y con más solera. Por eso es tan importante el encadenar una buena tanda de triunfos para poder asentar al club en la competición y asegurar su continuidad en el campeonato cada temporada, y si estos se producen ante los gallitos de la categoría, mucho mejor.
En esta ocasión -tras la victoria de los de corinto a domicilio en el pabellón de Puerto Real frente al Kortatus Aguatec- visitaba el pabellón arcense uno de los equipos revelación de la temporada, el Lavandería La Esperanza de Conil, que justificó con creces su posición en la tabla al presentar una dura batalla a los locales, con bastante velocidad en sus acciones y un espíritu de lucha digno de admiración, todo ello basado en una buena condición física y en constantes rotaciones que le aportaban el oxígeno necesario para plantar cara a los de Toni Tenorio. Se adelantaron en el marcador los conileños por medio de Adrián, en un inicio fulgurante de los de Baldomero, pero la reacción local no se hizo esperar y, antes del descanso, tanto Bubi como Zidán tuvieron el empate en sus botas en buenas acciones ofensivas que solo culminó Juanlu a pase de Chino faltando algo menos de un minuto para el intermedio.
En la reanudación, Juanito marcó en un servicio genial de Bubi, que está alcanzando su mejor pico de forma en lo que va de temporada, demostrando que si le respeta su maltrecha rodilla es, sin lugar a dudas, uno de los jugadores ‘top’ del campeonato por su calidad y visión de juego. El tercer tanto local confirmaba la perfecta sintonía de los mismos actores del segundo, en otra espectacular combinación entre Bubi y Juanito que remató el goleador de los de burdeos. Nene, a pase de Nano, acortaba distancias y Juan ponía el 3-3 faltando aún más de diez minutos de partido, lo que podía hacer peligrar el triunfo con la fatalidad de perder tres inapreciables puntos para arañar distancia respecto a los de arriba. El aporte de Zidán y Dani Hierro -afortunada reaparición la suya- más el buen hacer de los Porrúa -Cristian y Francisco Javier- dieron el estirón definitivo en el marcador para dar tranquilidad y poder soñar despiertos.
