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“Si las cosas se hacen con gusto, como es mi caso, con gusto salen”

Los que amamos el teatro \"Olivares Veas\", los que procuramos no perdernos una representación, un concierto, lo que sea, estamos seguros con Antonio Bautista Jurado, el funcionario responsable de ese local decimonónico.

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  • Antonio Bautista. -

Seguros porque difícilmente se podría encontrar un hombre más enamorado de su trabajo, más responsable en su cometido de tenerlo todo listo para que se levante el telón en una obra de teatro, para que el atril esté dispuesto en una conferencia o para que la iluminación o la calefacción alumbren y calienten en condiciones. Antonio Bautista es también un gran conocedor y aficionado al Carnaval. En cuanto se recogen los Reyes Magos, ya empieza a atesorar en su memoria las nuevas letras de las míticas comparsas gaditanas, o a recitar coplas de su cosecha. Antonio es hombre amable, de un humor chispeante, ese al que nosotros denominamos "caías". ¡Tiene unas "caías" que no veas"! Estuvo en política cuando era un zagal, cuando empezaba todo. Se bajó en marcha, como muchos otros. Le hemos planteado algunas preguntas que pueden leer abajo.

—Estamos en la semana grande de Carnaval y sabemos que usted es un gran aficionado, y un letrista de lujo. Podemos decir que fue usted uno de los artífices de la recuperación del Carnaval tras la dictadura de Franco ¿Cómo ve el Carnaval arcense actualmente?
—Todo evoluciona y el Carnaval, que es algo vivo, lo hace año tras año. Quizás la Cabalgata es un poco más ruidosa, pero los tiempos corren y con las nuevas tecnologías tenemos que aceptar que el sonido se hace más patente, aunque haya que taparse los oídos. A veces se nota también un poco de falta de imaginación.

—¿Nos miramos en exceso en el espejo de Cádiz? Quiero decir, ¿está el Carnaval arcense demasiado influenciado por el de Cádiz?
—Hombre, siempre hay que aprender. No copiar, pero aprender sí. A mí particularmente me gusta mucho el estilo de Cádiz, por ser la cuna del Carnaval. Pero por mi parte no desmerezco las murgas de las viñas de nuestros alrededores, que fueron las que nos enseñaron a los arcenses esto del Carnaval.


—¿Cuáles son sus predilecciones, la chirigota, la comparsa, el cuarteto…?
—Predilección en esto no tengo ninguna. Lo que es bueno es bueno. En el orden de prioridades está la comparsa, y después la chirigota, pero dependiendo de la calidad tanto monta monta tanto.


—Durante el tiempo que el teatro "Olivares Veas" ha estado cerrado por reforma, se le ha visto profesionalmente cabizbajo, soñando con la reapertura. Esta reapertura se ha producido y el teatro está, de nuevo, vivo. ¿Cuánto trabajo hay desde que se programa un acto hasta que se abre el telón?
—Dependiendo del acto, porque no es lo mismo, por ejemplo, un acto institucional, que protocolorariamente tiene que salir perfecto, sin el más mínimo fallo, a una proyección. La proyección es pantalla y cañón, que eso es rápido.  Lo ideal es amoldarse a cualquier tipo de actividad escénica, para que todo salga de la mejor manera posible.


—Usted fue Concejal del Ayuntamiento creo que en la segunda legislatura, la de 1983-1987. ¿Cómo era la política entonces y cómo es ahora?
—La política de aquellos años y la de ahora son muy diferentes. Antes, en aquella época, eran los años de la Transición, la ilusión y el cambio. Hoy en día, consolidada la democracia, existe otra forma de hacer política, por lo menos con la tranquilidad de que esto no va a involucinar, pero vamos, es un mundo apasionante tanto para la política de ayer como para la política de hoy.


—Usted es un hombre polifacético: lo mismo decora un escenario para el 28-F, que monta un árbol de navidad con tarjetas postales, que prepara una exposición de cuadros donde la luz da donde tiene que dar. ¿Improvisa  mucho o es más de pensar y repensar las cosas?
—Si hay tiempo, siempre es bueno hacer las cosas dentro de un orden, pero cuando falta el tiempo o algo falla de pronto, no hay más remedio que improvisar para que no se note. Pero vamos, por la experiencia en esto de los montajes tan fácil me es pensar para montar como pensar para improvisarlo. Sea de una manera o de otra, si las cosas se hacen con gusto, como es mi caso, con gusto salen.

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