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Arcos

Sufre ruidos durante 17 años ante la pasividad municipal

El vecino José Ramírez asegura que un bar contiguo no le deja dormir y que nadie actúa

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  • José Ramírez, a las puertas del Ayuntamiento de Arcos. -

El vecino de Arcos José Ramírez decidió el martes de esta semana mantener un meditado encierro en el Ayuntamiento de Arcos para ser escuchado por el alcalde. Así protestó, en busca de una solución, por las molestias que le viene ocasionando un bar musical de la calle Cucarro; un local contiguo a su vivienda al que acusa de no dejarle dormir desde hace diecisiete años.


Sus denuncias soportan un rosario de trámites administrativos; primero ante el Ayuntamiento de Arcos, después ante el defensor del pueblo andaluz, José Chamizo, y más tarde ante el defensor de la Ciudadanía de Arcos, José Antonio Salas. “Tengo todos los papeles. El bar no puede poner música y la música está todos los días, menos el martes que descansan. He hablado con todos los alcaldes, y nadie me hace caso”, señaló visiblemente “aburrido” por este asunto.


El bar en cuestión está expedientado como casi una decena más de la ciudad, muchos vinculados a la movida juvenil, incluso podría haber sido precintado, sin que se hayan introducido medidas correctoras durante estos años, según explica el vecino afectado.


Se da la circunstancia de que José Ramírez Jiménez, apunto de cumplir los 60 años de edad, vive con su esposa y además  cuida de unos familiares cercanos que, aunque vivan en otra calle de Arcos, requieren su atención al encontrarse enfermos y postrados, cuando muchas veces no puede descansar por el ruido, lo que él llama “la música pum, pum, pum”.


El vecino de Cucarro, que ha denunciado en 32 ocasiones esta situación ante el Ayuntamiento, asegura que el establecimiento causa de sus males fue expedientado y que, sin embargo, no se le dio curso a la documentación en una junta de gobierno del Ayuntamiento, por lo que consideró que había detrás una mano política; es más, acusa incluso a anteriores gobiernos y alcaldes de haber desoído sus denuncias y quejas a pesar  de las reiteradas inspecciones policiales.
José Ramírez explicó a este medio que desconocía si el bar produce molestias a los vecinos de otras viviendas cercanas, e incluso denunció que el precinto sobre el bar ha sido violado dos ocasiones sin que el propietario haya sido sancionado. 

Este periódico fue testigo del encierro que este hombre llevó a cabo en el Ayuntamiento y que abandonó poco después de haberse entrevistad con el abogado municipal, quien le certificó que el expediente sancionador existe. Antes, Ramírez señaló literalmente que se lo tendría que llevar la Policía si el alcalde no lo atendía.

Erdozain culpa al anterior Gobierno de "mirar para otro lado"

Desde la Delegación de Seguridad, su titular, Manuel Erdozain, ha señalado que el bar de la calle Cucarro está entre los nueve expedientados por el Ayuntamiento. Esos expedientes, tres de ellos sancionados con un cierre temporal, se están tramitando según el delegado, que ha agradecido que la mayoría de establecimientos haya encajado de buen grado la obligación de introducir medidas correctoras para dejar de molestar a los vecinos.

Erdozain habló de “un tiempo prudencial” -hasta finales de verano- para esas medidas correctoras. Respecto al bar denunciado por el vecino, Erdozain confirmó que un día después de la movilización de José Ramírez se abordó el expediente en junta de gobierno, acordándose el cierre del establecimiento por el elevado número de denuncias que pesan sobre él.

“Esto es que lo hace este Gobierno, pero anteriormente este tipo de actuaciones no se ha hecho jamás, y ese bar tenía todo tipo de denuncias, pero el equipo de gobierno anterior las guardaba en un cajón porque no era capaz de afrontar los problemas de los ciudadanos. Cuando gobernamos estamos para gobernar y no para mirar a otro lado”. Manuel Erdozain dio así por zanjada la polémica con el establecimiento denunciado por el vecino José Ramírez.

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